El actor Daniel Radcliffe, protagonista de las adaptaciones cinematográficas de la saga literaria ‘Harry Potter’, no ha tenido reparo alguno a la hora de sincerarse sobre la fuerte adicción al alcohol que desarrolló durante sus tiempos de ídolo juvenil y, especialmente, sobre los motivos que le llevaron a refugiarse en la bebida durante una época francamente exitosa en lo profesional pero, al mismo tiempo, plagada de altibajos en el plano anímico.
‘Soy consciente de que me costó mucho lidiar, especialmente en la última etapa de la adolescencia, con el hecho de que se me reconociera con tanta facilidad. Creo que en ocasiones me obsesionaba tanto, que la sensación de sentirme observado solo estaba en mi cabeza. En cualquier caso, emborracharme constituía la forma más rápida de olvidarme de todo e ignorar lo que ocurría a mi alrededor’, confesó el británico.
Más allá de las dificultades que experimentó mientras trataba de gestionar la fama y el intenso escrutinio público que de ella se deriva, el artista también atribuye parte de la fragilidad emocional que le caracterizaba en esos tiempos a la inmadurez propia de la edad y, asimismo, a las expectativas algo simplistas que él mismo albergaba sobre el comportamiento de una estrella del celuloide.
‘La verdad es que no lo echo de menos… Creo que cada uno tiene sus propias vivencias al respecto y, en mi caso, no extraño en absoluto todo ese caos que incorporé a mi vida. Puede que hubiera una parte de mí que pensara: ‘Los actores deben ser impulsivos y beber mucho. Tengo que estar a la altura de la imagen que tengo en mi cabeza sobre cómo debe ser un actor famoso», añadió en conversación con el también intérprete Sam Jones en el programa de entrevistas ‘Off Camera’.
‘Por desgracia tampoco hay una guía para orientarte en este negocio cuando empiezas tan joven. Y por eso, cada vez que a Justin Bieber le criticaban por hacer alguna locura, yo me quedaba pensando: ‘Es que nunca sabes el panorama que puede tener encima en estos momentos’. Puede ser algo muy abrumador, pero tampoco me arrepiento de haber pasado por ello. Incluso en los peores momentos amaba mi trabajo y nunca dejé que mis mier*** personales afectaran al rodaje. Jamás diría: ‘Ojalá no hubiera sido Harry Potter», ha sentenciado.