El número de grupos radicales que operan en EE.UU. alcanzó un récord al situarse en 1.020 en 2018, lo que supone el cuarto año consecutivo de un incremento que coincide con la irrupción del actual presidente Donald Trump en política, dijo este miércoles la organización Southern Poverty Law Center (SPLC).
“Estos son grupos que han sido especialmente espoleados por el discurso de Trump”, denunció hoy la directora del Proyecto de Inteligencia de la SPLC, Heidi Beirich, durante la presentación de su informe anual sobre crímenes de odio.
El documento muestra que el número de grupos extremistas alcanzó en 2018 su máximo nivel histórico tras experimentar un crecimiento del 30 % durante los últimos cuatro años, es decir, desde que Trump anunció su intención de presentarse a la Presidencia, el 16 de junio de 2015.
Esta tendencia supone una ruptura con la evolución inmediatamente anterior, cuando la cifra decreció durante tres años consecutivos (2012-2013-2014) durante el mandato del entonces presidente, Barack Obama (2009-2017).
“Trump ha desatado los demonios”, lamentó Beirich.
De acuerdo con la responsable, la tendencia alcista se inició con los discursos de campaña de Trump y continuaron una vez se instaló en la Casa Blanca, donde algunas políticas de la Administración “validaron” el temor a los extranjeros de una parte de la población.
“Trump hace que la gente sienta que este país está cambiando peligrosamente”, sostuvo Beirich, quien también acusó a las bases del republicano y a algunos medios de extrema derecha de amplificar su mensaje: “Están alimentando a la bestia”.
Beirich advirtió, además, de que esta tendencia ha generado una reacción similar por parte de grupos situados en el espectro opuesto a estas ideologías.
La directora citó como ejemplo de sucesos que han enervado a la comunidad afroamericana los presuntos insultos del presidente a algunos países africanos -a los que supuestamente habría calificado de “agujeros de mierda”- o sus constantes ataques a los jugadores de fútbol americano que optan por arrodillarse cuando suena el himno nacional como forma de protesta ante la violencia policial.
“Todos estos son episodios que los grupos supremacistas negros aprovechan para reclutar a nuevos miembros”, alertó Beirich.