El Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció este jueves que Joaquín Guzmán López y Ovidio Guzmán López, hijos del narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán y quienes aparentemente residen en México, han sido imputados de cargos de narcotráfico.
La acusación, presentada la semana pasada, los responsabiliza del presunto delito de conspiración para distribuir cocaína, metanfetamina y marihuana para su importación a EE.UU., según un comunicado oficial.
El anuncio fue hecho por el fiscal general adjunto de la División Penal del Departamento de Justicia, Brian A. Benczkowski, y por el agente especial a cargo de la oficina de Campo de Arizona sobre Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI, en inglés) del Departamento de Seguridad Nacional, Scott Brown.
En la acusación se alega que Joaquín Guzmán López, de 34 años, y Ovidio Guzmán López, de 28, presuntamente conspiraron entre abril de 2008 y abril de 2018 para distribuir cocaína, metanfetamina y marihuana desde México y otros lugares para su importación a EE.UU.
El caso, que quedó a cargo del juez Rudolph Contreras, de la Corte del Distrito de Columbia, fue indagado por la HSI y es el resultado de los esfuerzos de la Fuerzas de Tarea de Ejecución de Drogas contra el Crimen Organizado (OCDETF), según la información oficial.
El Chapo, antiguo líder del cártel de Sinaloa, fue declarado culpable el pasado 12 de febrero de diez delitos de narcotráfico por un jurado en Nueva York tras en un proceso de casi cuatro meses.
Tras conocerse la decisión contra el Chapo, el Gobierno estadounidense celebró el veredicto en el juicio, y advirtió a los narcotraficantes que aspiren a reemplazar al capo en México de que “no pueden escapar” y “serán procesados”.
El veredicto implica que el Chapo, de 61 años, se enfrenta ahora a una casi segura condena de cadena perpetua una vez que el juez Brian Cogan dicte una sentencia, para lo que ha convocado al tribunal para el próximo 25 de junio.