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“Las cuentas claras y el chocolate espeso”:
Refrán popular

Escribía el pasado 25 de enero en este mismo espacio que conocidas las declaraciones del presidente provisional del Patronato de Bomberos de Nuevo León, Gilberto Federico Allen, en el sentido de que la institución “estaba mejor que nunca”, apenas seis meses después de que había entrado al relevo en medio de un escándalo y auditorías a los anteriores encargados, que habría que promoverlo para un cargo relevante en algún nivel de gobierno.

Decía también, hace un mes, que tras todo el sainete que se formó de acusaciones, protestas, marchas, denuncias y quejas, sobre presuntos malos manejos en el organismo que administra a los apaga-fuegos, no se habían conocido resultados y que eso resultaba preocupante porque las acusaciones eran sumamente graves.

Pues bien, ya se supo lo que arrojó la auditoría externa y esta habla de anomalías por casi seis millones de pesos. El abogado Arturo Quintero, presidente de la Junta de Beneficencia en el Estado, dijo que serán los nuevos encargados del patronato los responsables de presentar las denuncias correspondientes, ya que son ellos quienes tienen la personalidad jurídica para hacerlo.

Ayer mismo recibí un correo electrónico que indica que el asunto es muchísimo más grave de lo que se conoce. Con señalamientos documentados se consignan diversas acciones, actos y omisiones que espantarían a cualquiera. Aquí hay que aclarar que una cosa son las acusaciones y otra lo que arroje un dictamen técnico administrativo, por lo que lo recomendable sería escarbarle a fondo y que salga toda la podredumbre.

A Bomberos de Nuevo León, ya lo he dicho, le tengo especial afecto y cariño. Ahí estuve como colaborador hace 40 años, dedicado a buscar incrementar las aportaciones que particulares hacían para el sostenimiento del Heroico Cuerpo.

Es necesario que todo este escándalo sea aclarado hasta las últimas consecuencias, porque se trata de dinero público, tanto de aportaciones de instancias gubernamentales como también del ciudadano común que introdujo unas monedas a una ánfora o bien de aquellos que de buena fe adquirieron boletos para alguno de sus sorteos; ahí hay, además, aportaciones de empresas, comercios e instituciones que colaboran para que los Bomberos puedan operar.

Me tocó vivir los tiempos en que don José P. Saldaña, cronista de la ciudad, era el Presidente del Patronato, eran tiempos difíciles, pero nunca nadie jamás pudo dudar de la honorabilidad y buen manejo de los recursos.

Hoy, por el bien de Bomberos de Nuevo León y de la sociedad de Nuevo León, es necesario que todo esto se aclare y que si hay responsables de algún mal manejo paguen su pecado, porque un solo peso distraído de esos dineros pudo haber marcado la diferencia que en un momento dado fue el que hizo falta para salvar una vida y con eso no se juega.

ftijerin@rtvnews.com

Fuente:

Vía / Autor:

Francisco Tijerina

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Autor: lostubos
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