Somos la memoria que tenemos y la responsabilidad que asumimos.
Sin memoria no existimos y sin responsabilidad quizá no merezcamos existir.
José Saramago
Desde la comodidad del membrete es fácil opinar y sobre todo fustigar, criticar, señalar, aunque para ello no exista el valor y la civilidad de proponer.
En medio de la crisis del transporte urbano que vive el área metropolitana y en aras de apoyar a la población, el Gobierno del Estado destinó algunas unidades y elementos de Fuerza Civil a realizar el recorrido de la Ruta 326, ramal Peña Guerra, en San Nicolás, trasladando a los usuarios de manera gratuita.
Y hete ahí que a algunos críticos con membrete, de esos que jamás aportan, no les pareció correcto y cuestionaron la medida.
Ahora resulta que Julio César Puente, presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad, es el dueño de los policías, porque declaró: “… No me los distraigan; por un día, por dos días está bien, no va a pasar nada, pero que no se haga una costumbre”.
Por su parte Gilberto Marcos, presidente de Vertebra, dijo que “es ilógico utilizar a personal de seguridad para un tema como el transporte con los niveles de inseguridad que se viven en la Ciudad”.
El abogado Puente tal vez padezca amnesia y Gilberto es “fifí” y no se ha subido a un camión jamás, pero les recordaré que en 1973-1974, iniciando la administración de Pedro Zorrilla Martínez, Raúl Caballero líder de la CTM armó un “paro loco” del transporte que puso de cabeza a la ciudad y entonces el gobierno envió sus granaderas para auxiliar a la población a trasladarse y evitar el colapso. La medida funcionó.
Habilitar unidades de manera emergente no es sencillo. Primero cómo identificarlas, segundo quién se hace cargo del servicio y de la responsabilidad, además de que ello impide que concesionarios o permisionarios traten de impedir la prestación del servicio. Por ello es que se usan unidades policiales y para ello no necesariamente se destinan elementos activos, sino personal administrativo de la misma dependencia.
Pero al amnésico y al fifí no les he escuchado ninguna propuesta de cómo resolver el problema. Si alguien tiene la fórmula que la diga, pero la crítica no resuelve, sobre todo cuando sólo se ataca a una de las partes en conflicto sin mirar el otro lado de la moneda.
Tenemos en Monterrey uno de los servicios de transporte más caros del país y también más ineficientes e inseguros. Sería ideal el que, con datos en la mano, los transportistas se dejasen de lloridos y lamentos y nos dijeran sus costos, márgenes de utilidad, depreciación y demás y que además nos indicasen cuál sería el incremento mínimo que pretenden y a qué se comprometen en beneficio del pasaje.
Voy de acuerdo en que es un negocio, pero al mismo tiempo es un servicio público necesario, de manera que ya es tiempo en que se pongan de acuerdo y se sienten a la mesa con un espíritu de conciliar y resolver.
En tanto las críticas de los amnésicos y los fifís no abonan y mucho estorban.
ftijerin@rtvnews.com