Un matrimonio estadounidense, con cuatro hijos sospechosos de tener sarampión, residentes en la ciudad costarricense de Cóbano, en la provincia de Puntarenas, será intervenido por el Patronato Nacional de la Infancia (Pani), informó este miércoles el Ministerio de Salud. Los padres de los menores, quienes tienen otros cinco niños más, no los tenían vacunados y tampoco los inscribieron en algún centro educativo del país. La familia está en aislamiento estricto en Cabuya de Cóbano, donde residen.
La intervención de ese núcleo familiar la confirmó la oficina de prensa del PANI, que atribuye la medida para garantizar el derecho a la salud y a la educación, entre otras situaciones de vulnerabilidad a las que están expuestos estos nueve niños.
El Ministerio de Salud confirmó que los cuatro niños de entre tres y diez años, son los nuevos casos sospechosos de sarampión y de confirmarse la infección del virus, serían los primeros casos autóctonos en Costa Rica desde el 2006, cuando se registró el último enfermo.
Estos menores pudieron haberse infectado con el virus al tener contacto con una ciudadana estadounidense, que abandonó el país el 12 de marzo. La mujer presentó los síntomas característicos de la enfermedad, reportó el diario La Nación.
“Los niños fueron atendidos en la Clínica de Cóbano de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), presentan fiebre desde el pasado 15 de marzo y brotes en la piel desde el 18 del mismo mes. Los casos se consideran como altamente sospechosos por su presentación clínica”.
El Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (Inciensa) recibió muestras para confirmar el diagnóstico, informó el ministro de Salud, Daniel Salas Peraza. También se está haciendo investigación de campo para localizar a posibles contactos en la comunidad donde vive esta familia.
Estos enfermos no tienen ninguna relación con los primeros casos importados que se registraron en el país: tres franceses que llegaron a Santa Teresa de Cóbano de vacaciones, en febrero y salieron el 6 de marzo, tras una semana de hospitalización. El cerco epidemiológico que realizaron los equipos de salud impidió que aparecieran otras personas contagiadas.
El sarampión es una enfermedad altamente contagiosa. Se transmite por vía respiratoria, cuando las personas entran en contacto con las gotitas de saliva de enfermos. Produce complicaciones muy graves que, incluso, podrían provocar hasta la muerte.