Al presidente Andrés Manuel López Obrador se le ocurrió un neologismo terrible: posneoliberalismo. Andrés Manuel fija, prefija y “preprefija”, pero nunca da esplendor (tampoco la Academia, pero ese es otro tema). ¿Quién le sugirió que expresara esa horrible palabreja o se le ocurrió a él solito?
Cito:
“Hace falta cambiar el modelo, pensar en una etapa que se puede denominar: posneoliberalismo. Todos nuestros esfuerzos tienen que ir orientados a erradicar la corrupción, el combate a la impunidad. Esos elementos nos van a permitir el renacimiento de México.”
Los “post” y “pos” se agotaron en la “posmodernidad”. ¿Quién recuerda a François Lyotard? Lo nuevo es sumarle al sustantivo un adjetivo, como Bauman: modernidad líquida; o conectar sustantivos, Byung-Chul Han: la sociedad del cansancio. Tratar de imponer en el lenguaje político y empresarial la palabra “posneoliberalismo”, es un error porque, aunque acuda al presente-futuro, se estanca en el pasado: “neoliberalismo”. Al cargar con la anterior palabra, en vez de imponer ruptura, lejanía, se le da continuidad.
Obvio, es mucho mejor la frase “la Cuarta Transformación” porque no se enreda con el “neoliberalismo” sino que incluye la genealogía libertaria de Benito Juárez, Francisco I. Madero y Lázaro Cárdenas. Así es que, Andrés Manuel, debut y despedida, deja de usar ese término que disminuye a los nuevos tiempos que corren.
Cito:
“Cuando una sociedad se corrompe, lo primero que se gangrena es el lenguaje. La crítica de la sociedad, en consecuencia, comienza con la gramática y con el restablecimiento de los significados (Octavio Paz, Posdata, Siglo XI Editores, pp. 76-77).”
Andrés Manuel entiende muy bien a lo que se refirió Octavio. De hecho, en su mañanera del viernes se explayó en el tema.
1.- “Una demanda es que no se quiere que quede nada del lenguaje neoliberal y eso pues yo estoy de acuerdo también, pero poco a poco tenemos que regresar a un lenguaje nuevo porque esa jeringonza neoliberal… además es contraria al buen castellano. Se fueron introduciendo términos que no corresponden a la realidad.”
2.- “Tenemos que hacer una nueva narrativa.”
Para hacer esta nueva narrativa hay que regresar al buen castellano y por ningún lado que se le mire o se le pronuncie, la palabra “posneoliberalismo” cumple con alguna virtud gramatical. Así es que, Andrés Manuel, aléjate de ella porque la gangrena le es consustancial.
@ruizjosejaime
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