Por Eloy Garza.
La culpa de la matanza de Minatitlán la tiene Enrique Peña Nieto, no López Obrador. Estas 13 personas muertas en un bar (incluyendo un bebé al que le dieron el tiro de gracia), son la consecuencia de seis años de incapacidad del gobierno del PRI para imponer la ley. Corrupción o negligencia, lo mismo da.
El sexenio de Peña Nieto dejó a los cárteles la libertad impune de disputarse esa plaza, como muchas otras en el país, como Tamaulipas y Guerrero, donde no existe ninguna autoridad pública que valga. Esa es la pura verdad.
Pero si AMLO no tiene la culpa de esa matanza, que es consecuencia del mal gobierno anterior, sí tiene otras culpas colaterales. Por ejemplo, posponer varios días su condena a este tipo de actos bestiales. Por ejemplo, no responder con medidas firmes, sino con vaguedades verbales. Por ejemplo, levantarle la mano al gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García como si fuera el vencedor de una pelea de box.
Este tipo de errores cuestan muy caro a la imagen del gobernante. Si así responderá AMLO a este tipo de matanzas, malo el cuento. Entonces ¿qué debió hacer el mandatario? Reforzar cuanto antes la seguridad de los veracruzanos, detener a los responsables intelectuales que en ese estado todo mundo conoce, porque son los líderes huachicoleros. Poner en su lugar a la autoridad federal y estatal por tolerar estos excesos. Denunciar a los servidores públicos coludidos con el crimen organizado, con la misma enjundia con la que denuncia a la prensa fifí.
¿Cuánto tiempo ocupa un mandatario para recomponer el sistema de seguridad pública en el país? No hay plazos fatídicos, si realmente se está trabajando en ello. El pueblo mexicano (ya se ve) es muy aguantador, pero todo tiene un límite. En el ínter, AMLO debe responder con capacidad de indignación, no con politiquería y exoneración verbal a sus amigos jarochos.
@eloygarza
