Por Francisco Tijerina.
“La burra no era arisca, la hicieron”
Refrán popular
Les pueden poner el nombre que quieran: fotocívicas, fotocontroles o fotocurrencias, al final son fotomultas, porque el simple cambio de nombre no cambia el hecho.
El sistema que ha funcionado por años en muchos lugares del mundo, en nuestro país ha fallado estrepitosamente por diversos factores, desde la concepción, justificación o la implementación.
De entrada, ¿cómo confiar si doña Claudia Sheinbaum decía en campaña que las fotomultas representaban corrupción y no disminuían muertes viales? ¿Qué, ahora con cambiarles el nombre ya se arreglaron las cosas?
Una cámara al estilo de “El Gran Hermano” no genera civismo de ninguna manera y menos cuando estás alertado de su presencia.
En algunas ciudades de México el sistema ha fracasado ante la falta de confianza de los ciudadanos. Muchas han sido las quejas sobre la calibración de los radares que registran la velocidad a la que circulan los vehículos, porque hay quienes afirman están a una velocidad menor de la permitida y ahí es donde te fincan la multa. ¿Cómo defenderte de una foto en la que no hay forma de comprobar la velocidad a la que circulabas y sólo está el registro del radar?
Otro de los puntos que generan desconfianza es la impunidad, porque los campeones en violar el Reglamento de Tránsito, los microbuseros, tal parece que no les importa mucho el sistema y que de alguna extraña manera resuelven las sanciones, extraña manera que para el ciudadano común no es otra que la que usted y yo nos imaginamos.
No, no es cambiando el nombre como se crea conciencia y responsabilidad, porque más que civismo, el asunto de respetar los límites de velocidad y conducir con precaución es un tema de convicción personal, misma que jamás existirá mientras muchos alrededor se encarguen de hacer añicos las normas.
Conciencia, no represión ni sanciones, así sean de trabajo comunitario y mucho menos amenazas de que quienes tengan varias multas no podrán verificar, porque si le rascan habrá amparos y le terminarán echando por tierra su formidable proyecto cívico.
Sí, le creemos a doña Claudia, el programa no es recaudatorio, pero dada su crítica en campaña y su decisión en el gobierno, diese la impresión que sí.
Son más las fotodudas…