Por Eloy Garza González.
Denise Dresser cometió ayer un desliz en Twitter. Confundió en una fotografía al actor Richard Gere con Gerardo Ruiz Esparza, ex titular de la SCT en el sexenio de Peña Nieto. El desliz no importa, es un error sin consecuencias. Dado que Ruiz y Gere son canosos, y de rostro alargado y rubicundo, Denisse creyó que uno era el otro. Finalmente no cambia lo que uno ha pensado siempre de la doctora Dresser.
Pero los memes no dejaron de hacerse presentes en Twitter, burlándose de la pobre Denisse. Unos la compararon con el/la protagonista de la película La Chica Danesa. Otros aplauden a Ruiz Esparza por haberse quedado con Pretty Woman. Bromas aparte, el pequeño tropiezo de Denisse delata dos cosas.
La primera, que una denuncia pública en contra de un ex funcionario, se derive de una simple fotografía que subió Presidencia y que criticó una influencer de supuestos altos vuelos (como ya lo es Denisse por voluntad propia).
La segunda, que toda una investigadora del Colmex, egresada de la Universidad de Princeton, articule un análisis al vuelo, instantáneo, sin margen de reflexión y lo publique de bote pronto, como va, en Twitter. Yo no le guardo mucha fe a Denisse, la mera verdad, pero al menos esperaba un poquito de más rigor en nuestra académica estrella fulgurante del momento.
Freud decía que de un simple chiste se pueden sacar prejuicios de quien lo cuenta. Igual de un simple tuit: se pueden extraer prejuicios de una doctora obsesionada con dedicar sus días y noches a criticar a López Obrador. Allá ella y sus traumas.
@eloygarza