Por Carlos Chavarría.
López Obrador se las ingenia para ponerse trabas el solo. El necesita 1 billón de pesos para sus programas de “bienestar” y no le importan las consecuencias de mover el dinero entre agendas.
Los programas de la nueva administración no consideran los efectos transversales negativos en otros que también encargó a otras gentes. Esto es el extremo de ausencia de visión.
Le encarga al Secretario de Hacienda el encontrar los recursos a “como dé lugar” para cumplir con sus regalos con fines electoreros y sin aumentar deuda pública. El Dr. Urzúa cumple y reorganiza el gasto corriente y de inversión, pero al hacerlo es claro que habrá efectos no deseados en otras áreas de la administración.
Es muy obvio que “quien tiene el dinero, hace las reglas” y todos los funcionarios de someten a la supuesta “austeridad”, porque no lo es, debido a que los costos del proceso de ajuste se dejarán sentir en los resultados y la efectividad del gobierno federal.
Sería excelente que se lograra la austeridad mejorando la productividad y los resultados, lo otro, el reducir costos y gastos sin ton ni son, no es sino destruir al propio gobierno y sus fines electoreros de corto plazo.
El director del IMSS es el primer funcionario que renuncia presionado por los resultados exigibles y la imposibilidad de cumplirlos ante la “austeridad” simultánea.
Cuando el presidente les increpa con su “aquí nadie se rinde” y la sugerencia de que no se dejen de ningún secretario, el presidente lo que está haciendo no es serio, no está actuando como verdadero líder, está jugando a la improvisación sin sentido ante los problemas que está causando su estilo de mando.
Por supuesto que ningún funcionario va a ir a pelearse con el Dr. Urzúa si en el discurso de todos los días el presidente López Obrador esta insiste e insiste en la supuesta austeridad.
Pero al final nada importa, para eso están las cortinas de humo, para desviar la atención y apostar al olvido de la opinión pública, aunque los problemas reales están aumentando.
Hoy le tocó el turno a la “mafia periodística” se servir de carne de cañón por andar dándole vuelo al tema del IMSS. Pero más se va a complicar y enrarecer el ambiente cuando le contesten los medios de comunicación.