En este inicio de semana el peso cerró la sesión con una depreciación de 0.16 por ciento o 3.1 centavos, para cotizar alrededor de 19.18 pesos por dólar, debido a una combinación de factores.
De acuerdo con Banco Base, uno de los elementos que llevó a la moneda nacional a perder terreno frente al dólar fue el hecho de que la calificadora Moody’s ajustó de 1.7 a 1.2 por ciento la previsión de crecimiento económico para México.
Debido a lo anterior, se eleva el riesgo de un recorte a la calificación crediticia de la deuda soberana, por lo que un menor crecimiento económico se traduce en un menor ingreso para el gobierno y en una disminución del margen de maniobra de la política fiscal.
Por otra parte, los precios internacionales del petróleo cerraron con una baja, lo que debilitó las divisas de países productores de materias primas y de economías emergentes.
No obstante, las crecientes tensiones entre Irán y Estados Unidos podrían resultar positivas para el precio del petróleo durante las siguientes sesiones.
El peso mexicano no fue el único que retrocedió ante al dólar, sino que también se debilitó la corona noruega en 0.24 por ciento y el peso colombiano 0.37 por ciento.
A pesar de la depreciación de la moneda nacional, el tipo de cambio siguió cotizando con estabilidad, por debajo de 19.20 pesos por dólar, debido a que los participantes del mercado están a la espera del anuncio de política monetaria de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos.
Ante este panorama, en bancos de la Ciudad de México se vendió el dólar libre en un precio máximo de 19.54 pesos, tres centavos más respecto al cierre del pasado viernes, y se compró en un mínimo de 18.05 pesos.
