Una de las grandes incógnitas sobre el compromiso del príncipe Harry y Meghan Markle era qué anillo elegiría el nieto de Isabel II para proponerle matrimonio a su futura esposa en vista de que su hermano William ya le había entregado a su esposa Catalina la joya con que su padre, el príncipe Carlos, se había declarado a su madre, la desaparecida Diana de Gales.
En su caso, Harry optó por un diseño completamente nuevo, pero al que quiso añadir un importante valor sentimental utilizando dos diamantes extraídos de la colección de Diana que acompañan a otro más grande que él mismo seleccionó en Botsuana: un lugar muy importante para la pareja, ya que allí pasaron sus últimas vacaciones antes de hacer oficiales sus planes de pasar por el altar en noviembre de 2017.
Hace un par de semanas la duquesa de Sussex reapareció en público a pesar de encontrarse todavía de baja por maternidad tras el nacimiento de su hijo Archie con motivo de las celebraciones oficiales por el cumpleaños de la reina. Como parte de los accesorios de su atuendo, la antigua actriz lució su anillo de compromiso junto a su alianza de boda, aunque con una modificación importante. La banda de oro original que utilizaron los joyeros oficiales de la casa real británica, Cleave and Company, ha sido sustituida ahora por otra adornada con pequeños diamantes para darle un aspecto más delicado a todo el conjunto.