Por Obed Campos
La crisis provocada por la persecución del Gobierno de Nuevo León contra los servicios de transporte “de plataforma”, llámense Uber, Didis, Cabifay, etcétera, ha mostrado una cara autoritaria y hasta represiva por parte de los mandamases del estado.
Queda en entredicho el lema de la campaña del gobernador Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”, aquel repetido hasta el cansancio de que “la raza paga, la raza manda”, porque a pesar de que la ciudadanía prefiere los sistemas de taxis seguros, basados en la Internet, las huestes de “El Bronco” prefieren favorecer a los sindicatos, llámense Croc o CTM.
En medio de la debacle, el periodista de Reporte Índigo, Jesús Padilla, dio a conocer en un amplio reportaje los antecedentes como deudor moroso de Noé Gerardo Chávez Montemayor, el nuevo director de la AET, quien llegó al puesto, me dicen, recomendado por un ex gobernador coahuilense con quien está emparentado.
De Chávez Montemayor Padilla escribe: “no ha ejercido ningún cargo público, pues se ha dedicado a las empresas de transporte de carga pesada, de las que está acusado de fraude por 4.9 millones de dólares. Chávez Montemayor enfrentó a la justicia en Nuevo León y Estados Unidos por fraude y conspiración en 2007 y 2008 por 4.9 millones de dólares…”
Y como si la criminalización de los trabajadores del volante fuera poca cosa, han sobrado los seudolíderes sociales que, aprovechándose de la crisis, quieren llevar agua a su molino como gestores a favor de los choferes afectados.
EL COLMO DE LA PREPOTENCIA
En el colmo de los abusos, Mary Chao, quien es una activista y emprendedora de capacidades diferentes, fue despojada por la autoridad del automóvil que ella adaptó para dar servicio como Uber.
De nada le valieron los ruegos a los inspectores, quienes respaldados por policías con armas largas la obligaron a bajar de la unidad la cual fue asegurada.
Ojalá y alguien se apiade de esta dama cuyo único delito fue tratar de salir adelante trabajando.
