Por José Jaime Ruiz.
El presidente Andrés Manuel López Obrador no tenía oposición real, aunque sí formal, ahora ha inventado a su rival político en la figura del expresidente Felipe Calderón Hinojosa. Polvo de aquellos lodos, ahora se hace presente el “haiga sido como haiga sido”, el fraude electoral de 2006. Entre los adversarios de Andrés Manuel también destaca otro expresidente, Vicente Fox, pero Vicente no quiere formar un partido político y López Obrador ha sido juarista: el respeto a la locura ajena es la paz.
Al secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, le ganó la arenga, la exaltación. Cuando se esperaba serenidad y prudencia, Durazo politizó un problema menor que tenía que resolverse en términos laborales. ¿Qué necesidad había de meter a Felipe Calderón como negra mano meciendo la cuna y detrás de las demandas y protestas de los policías federales? Decir que los protestantes querían a Calderón como abogado es una exageración porque sólo uno de los demandantes lo mencionó. López Obrador y Durazo han inventado a su adversario favorito: Felipe Calderón.
Y Calderón no ha desaprovechado el regalo. Integrantes de la 4T cayeron en el garlito: hubiera sido muy fácil desatender sus tuitazos antes de la mañanera y de la conferencia de Durazo. La derecha se va a alinear en las críticas del expresidente y los opositores empresariales y políticos pueden encontrar ya un liderazgo que unifique los fragmentos conservadores.
Ya lo hizo la Coparmex: “El presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Gustavo de Hoyos, externó su respaldo a Felipe Calderón en el marco de las protestas de los agentes de la Policía Federal”, publica SDPnoticias.
“Atribuirle un sabotaje institucional, o la manipulación de las protestas de policías federales, es un absurdo propio de fundamentalistas”.
Gustavo de Hoyos califica a Durazo y a López Obrador de fundamentalistas; Calderón, que insinúan con cobardía.
No estamos frente a una asonada, nada más lejano que eso. En un país donde la crispación es mayor cada día, sobre todo en las redes sociales, es innecesario politizar. Andrés Manuel y Alfonso deberían optar por resolver las problemáticas de un sector muy pequeño de la Policía Federal, aunque los medios de comunicación quieran convertir este movimiento de protesta de algunos en TODA la Policía Federal.
Y la comentocracia debe serenarse.
¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Nada. Los maestros ya han sido evaluados desde su examen profesional y en sus avances de carrera magisterial. Obvio que los policías tienen que pasar pruebas de confianza, exámenes antidoping y ser vigilados constantemente para que no caigan en relaciones peligrosas con la delincuencia, el crimen organizado o en actos de corrupción contra los intereses ciudadanos.
López Obrador y Durazo se equivocaron. Parodiando a Wittgenstein: de lo que no se tiene prueba, evidencia, mejor callar. Porque hay tiros que salen por la culata.
@ruizjosejaime