A cadena perpetua y 30 años más sentenciaron a Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, en una corte federal en Brooklyn, Nueva York, Estados Unidos, por delitos de narcotráfico, lavado de dinero y homicidio.
Apenas el 12 de febrero, tras un juicio de tres meses en Brooklyn, que encabezó Brian Cogan, el capo, de 62 años, fue declarado culpable de traficar toneladas de cocaína, heroína, metanfetaminas y marihuana a Estados Unidos por un periodo de 25 años.
La Fiscalía indicó en documentos judiciales que el “ejército de sicarios” del ex líder del cártel de Sinaloa, tenía órdenes de secuestrar, torturar y asesinar a cualquiera que se interpusiera en sus actos delictivos.
Emma Coronel acompaña a ‘El Chapo’
La sentencia a “El Chapo” fue atestiguada por su esposa Emma Coronel, quien desde muy temprana hora llegó a la Corte de Nueva York, donde el capo vestido con un traje gris y una barba que comienza a crecerle, estaba atento a escuchar el veredicto.
Como se recordará, en los tres meses que duró el llamado “juicio del siglo” del capo, ella siempre estuvo presente, e incluso causaron revuelo las miradas que se dirigían.
Con la sentencia, el narcotraficante pasará el resto de sus días en una prisión de máxima seguridad en Estados Unidos, por lo que este miércoles fue la última vez que Emma y su familia lo volvieron a ver en persona.
‘El Chapo’, ¿víctima de montaje?
De acuerdo con los abogados de Guzmán Loera, el ex líder del cártel de Sinaloa fue víctima de un montaje de otros traficantes, que se convirtieron en testigos del Gobierno para tener ellos sentencias “suaves” en sus propios juicios. Los abogados del capo demandaban una nueva audiencia, así como un nuevo proceso desde marzo.
El reclamo vino luego de que el sitio de informaciones Vice News publicara una extensa entrevista con un jurado anónimo en la cual éste cuenta que cinco integrantes del jurado accedieron a las redes sociales y medios de prensa para informarse del caso durante el juicio.
Si bien Guzmán Loera también tiene la opción de pronunciarse sobre su caso, hasta el momento la defensa no ha dicho si su cliente está dispuesto a hacerlo.
Que Guzmán Loera pague una restitución
Además, fiscales demandaron que aparte de la sentencia, “El Chapo” devolviera más de 12 mil millones de dólares que, dicen, obtuvo de ganancias por la venta de drogas en sus 30 años de ser uno de los grandes capos del narcotráfico.
En un memorando dirigido al juez Brian Cogan acusan a Guzmán Loera de enviar a Estados Unidos al menos mil 213 toneladas de cocaína, 1.4 toneladas de base de cocaína, 222 kilos de heroína y 49 mil kilos de marihuana.
Sus ganancias fueron de tal magnitud que llegó a tener un par de yates, una flotilla de aviones Learjet y hasta un zoológico privado con tigres, cocodrilos y panteras. Incluso, su fortuna lo llevó a aparecer en la lista anual de multimillonarios de la revista Forbes en cuatro ocasiones.
‘El Chapo’, hábil para lavar dinero
Los fiscales en Estados Unidos han destacado que Guzmán Loera hizo una gran fortuna, sin embargo, nunca han revelado al público si saben dónde guardaba el capo sus activos.
Mientras fue el juicio del capo, solamente se ofrecieron pocos testimonios sobre el asunto. Se mencionaron de paso algunas casas y apartamentos en México en los que en cierto momento se almacenaron hasta 30 millones de dólares.
Dicen que ocultó parte de sus ganancias en el sistema bancario, otra parte en una aseguradora administrada por uno de sus socios y otra en tarjetas de débito emitidas por una empresa de Colombia.
Sufro tortura física: El Chapo
Durante su proceso en Estados Unidos, Joaquín Guzmán Loera siempre se quejó de no tener un juicio justo y que, en la cárcel federal de Manhattan, vivía condiciones equiparables a tortura física y psicológica.
En tanto, sus abogados afirmaron que “El Chapo” permanece bajo un régimen de aislamiento. Se encuentra las 24 horas del día en su celda, y sólo tiene permitido salir cuando su equipo legal lo visita o acude a las audiencias en el tribunal: “Su celda no tiene ventanas, por lo que no recibe aire fresco, y no puede salir a ver el sol”.
Se queja además de que no se le permite comprar agua embotellada, por lo que tiene que tomar directamente del grifo. Además, sufre dolor de cabeza, garganta y oídos, provocador por el aire acondicionado de su celda.
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