Por Félix Cortés Camarillo.
Saqueamos, robamos, sin nada importar
Todos brindando, yo-ho
Yo-ho, yo-ho pirata siempre ser
Hurtos, estafas, todo lo que hay
Piratas siempre ser
Canción de los Piratas, de Disney.
De las múltiples anécdotas atribuidas a Winston Churchill destaca, por su impacto en la historia contemporánea, la que afirma que, con un lápiz en la derecha y una copa de whisky escocés en la izquierda, trazó el mapa del Medio Oriente que hoy conocemos. La realidad es que lo que Churchill trazó fue el mapa de Transjordania, hoy el reino hachemita de Jordania, y la redistribución de los territorios de la zona, garantizándole a los árabes un país y a los judíos la esperanza de otro.
Lo cierto es que el hecho histórico fue en El Cairo, en la Conferencia para el Medio Oriente de 1921, en la que Churchill encabezó a unas cinco docenas de prominentes, entre los que estaba el luego famoso Lawrence de Arabia, y la antropóloga, escritora y política, Gertrude Bell. Hay un dicho italiano que encaja perfectamente en este sucedido: si non è vero, è ben trovato. Frase que se puede traducir como “si no es cierto, está bien inventado”.
Lo que no es inventado es que la política ambidiestra del imperio de la Gran Bretaña y de Irlanda del Norte sigue teniendo consecuencias en el área, mucho más después de la importancia que adquirió luego de la Segunda Guerra Mundial el petróleo como arma estratégica de las guerras: la económica y la otra.
La muestra más notable de esa ambivalencia lesiva está teniendo desarrollo ahora con el incidente del estrecho de Ormuz. El viernes pasado la autoridad de Irán abordó, detuvo y condujo a sus puertos al buque tanque Stena Impero, que navegaba con bandera británica y en su popa se lee London. Hasta la mañana de hoy la bandera que ondeaba sobre el barco es la de Irán; su tripulación de 23 (19 hindúes incluyendo al capitán 2 lituanos, un ruso y un filipino) se encuentra aparentemente a salvo, pero el más nuevo de los buques tanque de la compañía sueca Stena Bulk dueña de la nave, sigue en el puerto iraní de Bandar Abbas.
Pero el asunto comenzó emblemáticamente el 4 de julio de este año, fiesta nacional de los Estados Unidos. En el estrecho de Gibraltar la Real Fuerza Aérea británica lanzó paracaídas y tomó el buque tanque Grace I de bandera iraní y lo retiene por 30 días más. El pretexto es que violaba las restricciones de la Unión Europea; en realidad, como confirmó el ministro de exteriores de España, fue a solicitud de los Estados Unidos.
Theresa May debe renunciar el miércoles a su puesto de primer ministro. En medio de esta crisis entre el Brexit y la presión gringa, los ingleses andan que no les caliente ni el petróleo.
Nosotros, los que vamos al cine, creemos que los piratas se quedaron para los parques y sobre todo las películas de Disney, y para visitar las fortalezas del Caribe. No es cierto, la piratería sigue vivita y coleando.
Por lo que a nosotros compete, que ya no tenemos Potrero del Llano ni Faja de Oro que nos hundan o nos secuestren, sólo podemos esperar que esto reoriente las baterías de la artillería de tweets de Trump hacia otros blancos, y que el petróleo está viendo subir su precio para beneplácito de los tecnócratas que no gustan al presidente López.