Tapachula, en el sureño estado de Chiapas, se ha convertido en la “Marsella” de México, ya que en sus calles lo mismo se puede ver rostros de centroamericanos, africanos, cubanos o caras con rasgos árabes.
Alrededor de 80 mil migrantes que huyeron de su hogar buscando alguna oportunidad y mejores condiciones de vida, esperan la oportunidad de seguir su camino, encontrar trabajo en el país o cruzar hacia Estados Unidos.
Para algunos el viaje ha sido largo y costoso, un andar de meses de atravesar océanos, fronteras y selvas, cuyo paso se ha detenido en la ciudad chiapaneca de forma indefinida. El dinero se agotó, poco a poco se incorporan a la cotidianidad trabajando en lo que pueden, pidiendo prestado a familiares o durmiendo en la calle entre la lluvia y el sol.
Son parte de los miles de migrantes que han sido detenidos por autoridades mexicanas, algo que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, elogió la semana pasada en la Organización de las Naciones Unidas.
El coordinador del Centro de Dignificación Humana, Luis Rey García Villagrán, dijo a Notimex que en Tapachula habitan alrededor de 80 mil migrantes varados, en el limbo, algunos esperando que las autoridades les resuelvan sus solicitudes de refugio, pero lo más afectados son los pobres, quienes a falta de dinero no pueden moverse.
“El tema migratorio no es el problema en Tapachula, es uno de los problemas, pero los reflectores se han volcado al tema migratorio, ahí está el asunto, han hecho que se vuelva el principal problema, las citas para migrantes tardan meses. Están ocurriendo cosas muy graves, aquí puede suceder algo, en la estación migratoria Siglo XXI ya murieron dos personas, un cubano y un haitiano”.
De acuerdo con el defensor de derechos humanos, hay alrededor de 21 mil solicitudes de refugio, a las que se suman 10 mil de salvadoreños, según la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, pero tomando en cuenta a los haitianos y los cubanos, entre otras nacionalidades, el número podría alcanzar los 55 o 60 mil migrantes que se encuentran tratando de hacer las cosas conforme a la ley.
“Tranquilamente hay otros entre 15 ó 20 mil migrantes que están en el limbo, no están haciendo nada, ellos están esperando pasar con coyotes, con traficantes de humanos, con la misma autoridad migratoria. El Instituto Nacional de Migración sigue estando conectado con la gran mafia”.
De hecho, la asociación Mexa Institute informó que, de enero a junio de 2019, el Instituto Nacional de Migración estima que ingresaron a México 460 mil inmigrantes sin documentos por la frontera sur con Guatemala, lo que representa un aumento de 232 por ciento en comparación con el mismo periodo del año pasado.
Asimismo, la organización señala que entre junio y agosto de 2019 sólo se detuvieron a poco más de 46 mil migrantes que transitaban por México de forma clandestina, cifra que podría ser mayor porque muchos cruzan el territorio por rutas remotas, en su mayoría controladas por el crimen organizado.
García Villagrán considera que la política migratoria de México está siendo “rehén de la política criminal, xenofóbica, de Donald Trump, se está obligando al gobierno a actuar de esta forma, situación que atenta contra la gente más pobre, la gente más fregada, esos son los que están aquí, porque el que tiene dinero pues paga un pollero y adiós. Tapachula es la cárcel migratoria más grande de América, es un laboratorio social terrible”.
Las últimas semanas, la situación de los migrantes en Tapachula ha puesto los reflectores en la ciudad, a las afueras de la Estación Migratoria Siglo XXI el campamento de los migrantes africanos, los cuales suman alrededor de tres mil, en espera de un oficio que les permita transitar libremente por el país.
Pablo, uno de los voceros de la agrupación, dijo a Notimex que todo iba bien hasta que llegaron a México y están detenidos, viviendo en condiciones insalubres, pasando hambre, además de soportando el calor intenso de Tapachula y los chaparrones en sus tiendas de campaña y carpas improvisadas vigiladas por elementos de la Guardia Nacional y la Policía Federal. La vida en el lugar es campo agreste donde el poco alimento es de todos, donde los niños se divierten con botellas de agua, palos o los pocos juguetes que les han regalado.
El hombre proveniente del Congo señala que nadie “debería de vivir en estas condiciones, estamos en condiciones denigrantes, ya no queremos más mentiras de Migración, queremos que nos resuelvan, no queremos inundar Chiapas, no tenemos plata, no somos malos”.
Paola tiene 17 años, lleva cinco meses recorriendo el mundo con sus ocho hermanos y padres en busca de nuevas oportunidades. En entrevista, comenta que la situación en Angola es muy difícil por la criminalidad y la violencia, razón por la que salieron de su país, invirtiendo alrededor de seis mil dólares para lograr su objetivo.
“Hay muchas escalas, llegamos a Brasil y de ahí seguir subiendo para México, lo más difícil es pasar la selva, caminé 12 días por la selva, pasando hambre. Un barco te deja en la entrada de Colombia y a caminar siguiendo ríos desde al amanecer hasta la noche”.
Para ella lo más difícil fue eso, la espesura de la selva para llegar a la frontera a Panamá, camino donde muchos mueren ahogados por el incremento en el cauce de los ríos o son robados por los mismos “guías” que los acompañan.
“Hay personas que mueren por el agua pues no hay otro camino y cuando se eleva la corriente tienes que salir del agua. Yo vi tres cuerpos con mis propios ojos, un hombre y dos mujeres, solo de pensarlo da escalofríos, ahí los dejan porque no pueden llevarlos”.
El Informe Sobre Las Migraciones en el Mundo 2018, realizado por la Organización Internacional para las Migraciones, señala que los flujos de migración irregular a través de América Central y México se han diversificado considerablemente para dar cabida a una gran cantidad de migrantes caribeños, así como a un número cada vez mayor de asiáticos y africanos.
“En total, durante el año fiscal 2015 (del 1 de octubre de 2015 al 30 de septiembre de 2016), se produjeron más de 55 mil detenciones de migrantes no latinoamericanos en la frontera de los Estados Unidos de América y México.
“Más de seis mil migrantes haitianos ‘inadmisibles’ alcanzaron los puertos de entrada de la frontera sudoccidental de los Estados Unidos de América durante el año fiscal 2015”.
Asimismo, el reporte del organismo internacional expone que casi ocho mil migrantes africanos y asiáticos llegaron a los puestos de control de inmigración de México en la primera mitad de 2016, “un aumento considerable respecto de años anteriores”.