Por Obed Campos.
Por la cantidad de fotos que se han publicado en los medios de cómo quedaron las instalaciones del ahora ex Penal del Topo Chico, la evacuación de los reos tomó por sorpresa a los internos y se hizo de la noche a la mañana, lo cual no está mal y muestra que cuando se quiere aplicar el sigilo, se aplica.
Muchas pertenencias de reclusos quedaron intactas, pero más allá, los siniestros “murales” que exaltan a la Santa Muerte, y hasta una especie de templo en una de las celdas y en otros apartados, y una celda de lujo con jacuzzi y acabados en mármol, cuentan la historia de un autogobierno negado por las autoridades, pero que era una verdad de voz en cuello que sufrían los presos y sus familiares.
Por eso es de aplaudir el oportuno exhorto de la diputada Claudia Tapia, quien logró un punto de acuerdo para que se investigue las posibles fosas clandestinas que se supone existen en los terrenos de la cárcel ahora abierta.
Más allá, expertos en el tema de los autogobiernos en prisiones de Nuevo León aseguran que ahora sí, que si le escarban tantito, como dice el refrán, pueden encontrar desde tesoros, hasta arsenales sepultados, aparte de los cadáveres.
Por lo pronto Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, dio su palabra de que hoy mismo comenzarían a escudriñar los pisos del Topo Chico: “Mañana (hoy) vamos a hacerlo, vamos a trabajar ahí para que todos estén tranquilos”.
Rodríguez Calderón se comprometió también a informar lo que se encuentre o lo que no se encuentre: “Si hay, pues hay que decirlo y si no hay, pues también”.
La labor parecería titánica, porque se trata de 10 hectáreas de terreno y las historias del autogobierno insistían en que en algún tiempo el penal fue usado como base de operaciones de la delincuencia organizada que entraba y salía a voluntad de la cárcel.
Ojalá y cumplan, al menos como consuelo para las familias de muchos desaparecidos.
