Por Francisco Tijerina.
“La vida es un ciclo constante”
Yomero.
El ingeniero sueco Sten Gustaf Thulin (1914-2006) inventó a principios de los 60’s del siglo pasado las bolsas plásticas buscando abatir la indiscriminada tala de árboles para producir papel y hacerlos bolsas.
Hoy la tendencia mundial es acabar con las bolsas de plástico porque tardan en biodegradarse y contaminan los mares y eso suena bien, pero nuestros sesudos ambientalistas le han declarado la guerra al plástico dejando a la humanidad entera en un dilema: ¿qué hacemos?
Producir una bolsa de papel, además de que tiene como base la madera, implica un gasto de energía y agua mucho mayor y las de algodón son mucho peores porque requieren de una inmensa cantidad de agua aparte de ser un cultivo intensivo.
Es decir, que resolviendo un problema se está gestando tal vez uno o varios mucho mayores.
Tal vez hubiese sido más sencillo empezar por crear conciencia y no impulsar la moda de la prohibición, el camino más fácil y sobre todo más atractivo a los ojos de los políticos.
Acabar con las bolsas y artículos de un solo uso, sí, pero encontrar métodos para, en base a esos materiales económicos, tener bolsas que se puedan reutilizar primero y después lo más importante, desplegar una intensa campaña para definir el destino final de esas bolsas una vez que ya no puedan o se piensen emplear por las personas.
Esos plásticos pueden reciclarse mediante procesos, de manera que el mundo pudiese entrar a una economía circular.
Nos vamos a quedar con mares limpios, pero sin oxígeno ni agua.
Un buen ejemplo de cómo hacer las cosas está sucediendo con los popotes.
A raíz de su criminalización mediática, empezaron a aparecer los hechos con otros materiales, incluso metálicos y personales, de tal suerte que hay muchas personas que andan por la vida con su popote en la bolsa.
Más que andar prohibiendo cosas, nuestros políticos deberían contar con asesores que les hagan ver el alcance de sus decisiones y el impacto real en la vida de las personas.
Ayer la Cofepris envió un comunicado alertando a la población a no consumir el medicamento conocido como Ranitidina que básicamente es utilizado para curar la acidez estomacal y sugiere que busquen otros que cumplan el mismo propósito.
Pero caray, no dicen nombres ni compuestos o fórmulas, marcas o algo por el estilo, ¿tan difícil es en verdad publicar una lista completa de medicamentos que cumplan la misma función?
No creo que ninguno de los sabios encargados de difundir la medida tenga una remota idea del dolor y la molestia de una gastritis o las noches de insomnio por una acidez.
¿Volveremos al Alka-Seltzer o el sal de uvas? Al rato me van a decir que son mucho peores, ya lo verán.