Por José Jaime Ruiz
@ruizjosejaime
Esa semana puede ser una semana de definiciones de los partidos políticos en Nuevo León de cara a las elecciones del 2021. Los movimientos del fin de semana auguran reacomodos y cambios políticos. Dos deslizamientos públicos, y otros en secreto pero con implicaciones sociales, lo denotan (después me ocuparé de Movimiento Ciudadano).
Primero, la reunión de Morena, encabezada por la dirigente local, Bertha Puga, y la diputada federal, Tatiana Clouthier, desplegó los compromisos políticos del partido del presidente Andrés Manuel López Obrador con dos temas ineludibles en Nuevo León: corrupción y contaminación. Desde ahora la plataforma electoral de Morena se fincará sobre esa temática.
La reunión de Morena sirvió, también, para mostrar la candidatura, al menos en imagen, de Tatiana Clouthier a la gubernatura. En las “elecciones” de consejeros del partido en el estado, quien obtuvo mayor cantidad de consejeros fue la delegada Judith Díaz, lo cual sin duda se repetirá en la próxima elección interna. A veces distanciadas, casi siempre allegadas, el poder interno de Morena en Nuevo León de la delegada es, sin duda, el poder también de Clouthier.
Esta semana se puede definir la salida de la alcaldesa de Escobedo, Clara Luz Flores Carrales, del PRI, para intentar obtener la candidatura de Morena a la gubernatura de Nuevo León. Un camino difícil, sin duda, porque la influencia de Yeidckol Polevnski en el estado, a través de Víctor Govea y Carlos Suárez, carece de peso en Morena. Por otro lado, tampoco la secretaria de Gobierno, Olga Sánchez Cordero y el secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, influyen en el partido, aunque tienen enorme peso en las decisiones verticales.
Ahí está el quid… La decisión no será horizontal, será vertical, aunque a Tatiana le favorece contar con la enorme presencia de próximos consejeros en el partido a través del trabajo político de Judith Díaz. Si se impone la verticalidad, hay que destacar el regreso de Waldo Fernández (Unidad de Gobierno de la Segob) a Nuevo León. Waldo vendría a tejer fino para recomponer la fragmentación de Morena y, aunque parezca imposible, alcanzar ser candidato a la gubernatura –de no ser así siempre está la opción de la alcaldía de Monterrey. Los grupos del partido tendrían que someterse a Waldo, ergo, a la Segob.
De la verticalidad y la elite política se puede esperar mucho. El operador de TV Azteca, Jorge Mendoza, tiene sus propios intereses electorales. Aunque quiso o quiere ser gobernador, eso no lo logrará, pero sí puede influir para lograr imponer a su candidato o candidata. Por el PRI cuenta con opciones, en primer lugar, el exsecretario de Economía, Ildefonso Guajardo; siguiendo el orden, con el alcalde de Apodaca, César Garza Villarreal, quien aceptaría a Ildefonso si fuera el candidato; por último a la alcaldesa de Guadalupe, Cristina Díaz, quien también aceptaría a Guajardo.
¿Por qué es importante Jorge Mendoza? Porque apostaría por dos candidaturas, la del PRI y la de Morena. Jorge trataría de influir en la decisión de Andrés Manuel López Obrador a través de Julio Scherer Ibarra, el influyente consejero jurídico de la Presidencia. Así, la alcaldesa de Escobedo, Clara Luz Flores, tendría el respaldo de Sánchez Cordero, Durazo y Scherer, lo cual la metería en la competencia en contra de Tatiana Clouthier –a menos que decida aceptar la candidatura a la alcaldía de Monterrey que le ha ofrecido Ildefonso Guajardo.