Los efectos del coronavirus expondrán a México a un riesgo indirecto, debido a que el país es exportador de materias primas como petróleo, señaló la calificadora Fitch, que estimó que la economía nacional será capaz de enfrentar esta y otras presiones para conservar su calificación de BBB en el corto plazo.
Al menos hasta las elecciones de mitad de periodo (junio de 2021), Fitch quitaría un nodo a la calificación soberana de BBB con perspectiva estable para México, debido a los riesgos de responsabilidad contingente de Pemex.
Si bien considera que los riesgos tanto al alza como a la baja para la calificación crediticia soberana de México están balanceados en el corto plazo, el persistente bajo crecimiento sostenido puede aumentar presiones para las finanzas públicas y erosionar la capacidad del gobierno para cumplir sus objetivos de déficit a medio plazo y estabilizar permanentemente la carga de la deuda.
En 2019, la economía mexicana se estancó y Fitch pronostica un crecimiento real del PIB de 1.0 por ciento en 2020, aunque persisten los riesgos a la baja.
Expone que el promedio de crecimiento de alrededor de 2.0 por ciento en los últimos cinco años y el PIB potencial estimado por la calificadora de 2.5 por ciento es débil para los estándares de los mercados emergentes.
Además, persisten incertidumbres políticas y de reforma, un aumento de la tasa de criminalidad y el deterioro institucional percibido podrían pesar en la economía por más tiempo y aumentar la brecha con el desempeño promedio de los países BBB, lo que sería negativo para el perfil crediticio de México.
De acuerdo con Fitch, México probablemente requerirá una reforma que mejore los ingresos para 2021-2022, debido a que los recursos del Fondo de Estabilización del gobierno federal pudieran agotarse.