La industria restaurantera está en un grave momento, porque ya se registran cierres, baja de clientes que mantienen operaciones entre el 50% y 40%; además de los impactos a los proveedores, dijo el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) de la Ciudad de México, Marco Antonio Buendía.
Indicó que han hablado con la jefa de gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum, para explicarle los fuertes impactos en empleo y a la industria que sería el no poder operar, porque los negocios «no aguantarían». Así que seguirá la operación, «mientras el gobierno no lo prohíba».
«Un mes de no operar acabaría con la industria» porque la experiencia nos dice que tomó 10 años a los restaurantesrecuperarse de dos semanas de no operar como ocurrió en el 2009 con el H1N1, dijo Buendía a EL UNIVERSAL.
«Los que han tomado la decisión de cerrar son los que tienen un cheque promedio de 300 pesos para arriba, son los que no les llega gente y les sale mejor no seguir operando»; además Alsea que es la cadena de restaurantesmexicana más grande, también ya registra fuerte impacto.
Recordó que en todo el país hay 550 mil establecimientos, y en la Ciudad de México 55 mil, y la mayor parte, aproximadamente el 90% son micro, pequeñas y medianas.
Señaló que hay una afectación por todos lados, porque los meseros reciben ingresos que en 40% son sus salarios, pero el 60% son propinas; además de que no solamente se impacta a los restaurantes, también se afecta a 100 proveedores que en promedio suministran productos por cada unidad.