Por José Jaime Ruiz
@ruizjosejaime
Uno de los signos inequívocos de los voceros de la derecha es su apresuramiento, su condena a priori, su ansia de negatividad. Presurosos de la descalificación, no saben ser pacientes, leer y verificar datos, esperarse a que el acontecimiento no sea un suceso, como todo suceso, en movimiento, y que se plasme en un oficio, acuerdo, documento. De nuevo, ágiles en su torpeza, descalificaron las negociaciones del Gobierno de México, a través de la secretaria de Energía, Rocío Nahle, con la OPEP. El presidente Andrés Manuel López Obrador instruyó a Rocío a no ceder un recorte de 400 mil barriles de petróleo, lo que se podía ofrecer eran 100 mil y así pasó.
Cuando se negocia, aceptar de inmediato las condiciones impuestas por el otro o los otros no es negociar, es ceder, conceder. Irán estuvo presionando para que en el acuerdo final de recortes por país se dejara de lado a México. Rusia y Arabia Saudita, quien encabeza a la OPEP, ya habían llegado a una negociación previa. La propuesta para México es que recortara ya no 400 sino 350 mil barriles, Rocío Nahle, en consulta con Andrés Manuel, no cedió. La llamada nocturna entre Donald Trump y López Obrador destrabó las cosas.
En la mañanera de este viernes santificado AMLO aclaró:
“Hablamos, se comunicó con nosotros el presidente Trump, hablé con él y se llegó a un acuerdo de hacer una disminución de 100 mil barriles.
“Nos sostuvimos hasta el final por las razones que ya expresé, no es lo mismo producir 12 millones de barriles diarios que un millón 786 mil y además saliendo de una crisis o empezando a remontar una crisis de pérdida de producción durante 14 años consecutivos, por eso no podíamos aceptar lo que se propuso originalmente y resistimos.
“El Presidente Trump me empezó a leer los nombres de todos los países que habían aceptado y dice ‘sólo México no aceptó’ y ya le expliqué el por qué y le hice la propuesta que afortunadamente aceptó con esta compensación de parte de ellos, de los 350 mil barriles, primero pedían 400 luego 350 mil, el planteamiento cuando le dije que eran 100 mil y no podíamos más él muy generosamente me expresó que ellos iban a ayudarnos con los 250 mil adicionales o que ellos van a aportar, por eso le agradezco.”
La derecha y sus voceros desde anoche vieron una veta de impugnación a las políticas energéticas de la 4T. De nuevo se equivocaron.
“Templo Mayor” de Reforma, dice que Rocío Nahle hizo el “oso”. Concluye, más por cizaña que por desconocimiento: “en represalia los países que sí firmen el acuerdo podrían bloquear las exportaciones mexicanas; y, por el otro, la imagen de México quedó bastante dañada con este episodio, pues quedó claro que el país tiene grandes reservas probadas, pero de dar pena ajena”. Para Alejandro Junco de la Vega ejercer la soberanía y cuidar los intereses del país es “dar pena ajena”.
El articulista “volador” (ya nos acostumbramos a sus notas “voladas”) de El Universal, Mario Maldonado, “destroza”: “Este viernes, los ministros de Energía de los países del G20 continuarán con las discusiones y buscarán sellar el nuevo pacto. Todos llegarán con un acuerdo bajo el brazo, menos la mexicana Rocío Nahle, quien tendrá que lidiar con su vergonzosa participación y renuncia inédita a las negociaciones. El 15 de abril toca el turno al secretario de Hacienda, Arturo Herrera, en una reunión de ministros de finanzas del G20, quien habrá de tragarse el sapo porque, ya se sabe, la secretaría de Energía no se mandó sola: la decisión de renunciar a las negociaciones de la OPEP vino del jerarca mayor: Andrés Manuel López Obrador”.
Al mexicano Mario Maldonado le parece vergonzoso ejercer la soberanía de México y negociar mejores condiciones de trato comercial. Por lo demás, el Gobierno de México nunca renunció a las negociaciones. Ahí está el acuerdo Trump-López Obrador-OPEP.
Coincidiendo con Reforma, Enrique Quintana publica hoy en El Financiero su columna “El gobierno de AMLO hace ‘oso’ mundial”: “Pareciera que el gobierno de López Obrador está obstinado en que a partir de visiones ideológicas y decisiones irracionales pueda ir contra el mundo.
“Si lo que ha trascendido de la reunión virtual de la OPEP y productores independientes realizada ayer resulta cierto, México habría hecho un ridículo mundial, como pocas veces en la historia”.
Y la conclusión inédita de un buen analista como lo es Enrique Quintana: “Suceda lo que suceda, lo ocurrido ayer pinta de cuerpo entero el daño que están significando las decisiones que el equipo de energía del gobierno está tomando”.
Espero que Enrique nos ilustre cuál fue el daño que sufrió México en la negociación de los recortes petroleros.
En fin, ya no reproduzco los comentarios de las redes sociales porque ahora, según los voceros de la derecha, es que Trump cobrará carísimo el apoyo de los recortes. Uno de los signos inequívocos de los voceros de la derecha es su apresuramiento, su condena a priori, su ansia de negatividad. Qué digo negatividad, envilecimiento.