El Papa Francisco pidió hoy, dentro de la basílica del Vaticano y con una plaza de San Pedro vacía, por todos aquellos alrededor del mundo que se han visto afectados por la pandemia.
Desde el recinto religioso, la misa por el domingo de resurrección se desarrolló sin fieles, debido a las medidas de seguridad para evitar contagios, aunque miles alrededor del mundo vieron la transmisión en vivo y la petición del sumo pontífice por acabar con los conflictos bélicos, principalmente.
El santo padre pidió poner fin a las guerras en curso y al comercio de armas, y llamó a la condonación de las sanciones y deudas a los países pobres más afectados por el coronavirus.
Remarcó, antes de impartir la bendición «urbi et orbi«, que finalicen los conflictos en Siria, en Yemen y las tensiones en Irak y en Líbano. También hizo un llamado por la reconciliación entre israelíes y palestinos.
Solicitó el fin de la violencia en el este de Ucrania y de los atentados terroristas en diferentes países de África. «Se llama en la noche de un mundo que ya enfrentaba desafíos cruciales y que ahora se encuentra abrumado por la pandemia, que somete a nuestra gran familia humana a una dura prueba», agregó en su mensaje.
Sin asomarse al balcón de la logia central, como es habitual, el papa Francisco pidió ayuda inmediata para Venezuela y que se reduzca la deuda de los más pobres.