Por José Jaime Ruiz
@ruizjosejaime
La columna “Templo Mayor” de Reforma ataca diciendo que con eso “de que el globo distractor de la revocación de mandato no se elevó, en Palacio Nacional han de andar desesperados porque tuvieron que recurrir al más viejo truco para desviar la atención: perseguir al peñismo”.
En realidad lo que no funcionó fue elevar el globo de un acuerdo o pacto nacional apurado por la derecha empresarial, la derecha internacional (vía el Financial Times) y la derecha mediática, como el Grupo Reforma. En todo caso, Alejandro Junco de la Vega debiera reclamarle a Juan Francisco Ealy Ortiz, dueño de El Universal, porque él fue quien introdujo el factor Enrique Peña Nieto en estos días.
Jorge Fernández Menéndez siguió la línea dictada por la derecha y “coincidió” con “Templo Mayor” en su columna de hoy en Excélsior: “Como el tema de la revocación de mandato no funcionó, en realidad estaba agotado desde que, en el Senado, el oficialismo no tuvo mayoría para sacarlo adelante hace ya varios meses atrás, ahora se filtra que el Presidente de la República ordenó a distintas agencias comenzar a investigar los movimientos financieros del expresidente Peña Nieto y de su grupo más cercano de colaboradores (como si no lo hubieran hecho desde el día uno en el gobierno)”.
Las líneas dictadas por la derecha empresarial siempre son muy obvias, se reproducen casi como calcas por medios de comunicación y comentaristas. Jorge sigue suplicando por un pacto o acuerdo nacional que no se dará. De nuevo, hoy en la mañanera, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que no se está investigando al expresidente Enrique Peña Nieto y siguió con su cantaleta de eso sucederá si y sólo si una consulta ciudadana lo pide.
Para que sí quede huella, el esbirro y escribano de la derecha empresarial, el “volador” Mario Maldonado, desnuda las fobias de sus patrones hoy en El Universal contra dos de los funcionarios que más detestan (porque van en contra de utilidades, privilegios y ganancias) de la 4T: el subsecretario de Salud Hugo López-Gatell y el director del IMSS Zoé Robledo. Tomen nota del comienzo de la frase: “Se dice…”, mayor falta de rigor periodístico no puede haber.
“Se dice en el gabinete que ambos tienen desorbitadas aspiraciones políticas. Robledo con un equipo de Chiapas preparando su candidatura hacia la Presidencia; mientras que a López-Gatell se le ha convencido de que su inusitada popularidad lo ha colocado ya en las encuestas, por lo menos las privadas, hacia esa misma posición.”
¿Cuál gabinete?, ¿el Gabinete de Comunicación Estratégica de Federico Berrueto y compañía?
Mario Maldonado acata la línea de la derecha, más preocupada por la economía que por la salud de los mexicanos al escribir: “El médico internista terminará siendo el responsable de la pérdida de unos 900 mil empleos como resultado de la parálisis económica decretada con la emergencia sanitaria, y de la quiebra de probablemente hasta el 10% de las empresas del país; esto gracias a la aprobación, mediante sus argumentos técnicos, de medidas que condenaron a los negocios a pagar sueldos completos con ingresos nulos”.
Y aunque se sea empresario, el miedo nunca anda en burro:
“El colmo fue su participación en la conferencia vespertina del miércoles en Palacio Nacional. Ahí López Gatell amenazó: ‘los empresarios que han buscado mantener a cuentagotas su operación, para rescatar lo poco que queda de su patrimonio, se harán acreedores a la clausura de su negocio y, de seguir insistiendo, a una denuncia penal’.”
Lo dicho. Para la mafia del joder el enemigo no es el coronavirus, el enemigo es el presidente López Obrador.
