Por Eduardo Campos Sémeno
Diario del Coronavirus 033. 17 de abril de 2020
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9:00 PM
Como en todos lados se cuecen habas, el coronavirus también ha causado estragos políticos en Estados Unidos, donde la controversia circula en sólo dos vías entre Republicanos y Demócratas.
Los reclamos a la administración de Donald Trump, toda proporción guardada, pueden ser calca de los que se escuchan en México, por la supuesta falta de acción contra la pandemia o la falta de preparación del gobierno para enfrentar la situación. Claro que allá todo se magnifica, porque siendo un país tan rico y poderoso, se espera que tenga y aplique más recursos económicos y humanos para responder a la población.
Sin embargo, la controversia de los últimos días se ha centrado no sobre cómo mantener el aislamiento social, sino en cómo y cuándo empezar a abrir la economía. El presidente Trump mandó señales encontradas en días consecutivos, primero diciendo que sería el gobierno federal el que decidiría sobre la reapertura de negocios, para al día siguiente decretar que mejor serían los gobernadores de cada estado los que decidirían. El caso es que mientras las autoridades encargadas de la salud de Estados Unidos insisten en mantener todo cerrado, algunos políticos, empresarios y manifestantes ciudadanos pro-Trump presionan para que ya se decrete la apertura.
Será por eso que un gobernador republicano, nada menos que el de Texas, fue el que ya levantó la mano para decir que ellos podrían ser los primeros en decretar la apertura, cuando menos parcial, de muchos negocios.
Y aunque aún no está escrito en piedra, la idea del gobernador Greg Abbott es que entre el 27 de abril y el primero de mayo inicie la liberación gradual de la economía.
“La apertura en Texas debe ocurrir en etapas”, dijo este viernes Abbott según reportes de CNN. “Obviamente no todos los negocios pueden abrir al mismo tiempo en mayo 1. La apertura prematura de negocios tiene el riesgo de inducir a nuevos brotes (del coronavirus) lo que nos puede retrasar, más que impulsarnos hacia delante”.
Y vaya que se la estará jugando el texano Abbott, pues todos los datos del sector salud indican que aún no es tiempo de hacerle confianza al coronavirus y menos para esperar que la población se auto-regule con medidas precautorias. Pero, ni modo, allá el “Almighty dollar” presiona y hay que hacerle caso.
Todo eso nos debe importar en México, y sobre todo en el noreste del país, pues siendo Texas un estado vecino, lo que pase allá, nos puede afectar mucho acá. Especialmente tenemos que considerar que aquí andamos en otra fase de la crisis del coronavirus y que podríamos llevar la peor parte de cualquier aumento en el movimiento de personas en la frontera.
Pero igual que en todas las cosas del coronavirus, estos son planes que cambian por días y hasta por horas, así es que cuestión de seguir pendientes.
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