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Por Eduardo Campos Sémeno

Diario del Coronavirus 036. 20 de abril de 2020

2,469,325 infectados confirmados

169,686 muertes reportadas

11:30 PM

Hace un par de semanas dábamos cuenta aquí de videos de Madrid y de Italia en donde personas lamentaban que se estaba “dejando morir” a ancianos, porque no había suficientes respiradores en los hospitales.

El detalle de la información detrás de esas quejas era que ante el alto número de enfermos que requerían hospitalización y cuidados intensivos, los médicos tenían que decidir a quién darle prioridad en el uso de los aparatos y otros recursos, y la política en general era tratar de salvar a los más jóvenes.

Aunque en ese momento la información sonaba lógica, la verdad no pensé mucho si aquello sería una política real, escrita, determinada por alguien o sólo parte de las decisiones diarias que se tomaban en los hospitales.

Pues resulta que aquí en México hace unos cuatro días causó una velada polémica un proyecto lanzado por el Consejo de Salubridad General bajo el título: “Guía bioética de asignación de recursos de medicina crítica con respecto al Covid-19”.

En ese proyecto, básicamente se daba pie legal para que aquí ocurriera de lo que se quejaban en España e Italia. Bajo lo que llamaban “principio de vida completa”, se justificaba dar prioridad a los jóvenes sobre los viejos, y para definir las edades ponían cinco rangos: 0-12, 12-40, 41-60, 61-75 y 75+.

Existían otras provisiones en el documento que daban prioridad a las mujeres sobre los hombres y a los infectados “sanos” sobre aquellos que tuvieran alguna enfermedad crónica como la diabetes.

Y escribo en pasado, porque el proyecto fue calificado de discriminatorio e ilegal por la Comisión Nacional de Derechos Humanos y denunciado por la UNAM, al grado de que ese mandato murió antes de nacer sin que el público en general lo conociera.

En sustitución, el Consejo de Salubridad General está ahora cabildeando entre los miembros de ese organismo lo que llama: “Proyecto guía de triaje para la asignación de recursos de medicina crítica”, que debe ser una versión atenuada del anterior, pero que aún así debe tratar el delicado tema de la aplicación de recursos limitados en tiempos de pacientes ilimitados.

Triste que se llegue a esos extremos, pero la realidad es que los protocolos consensuados, escritos y establecidos son necesarios para que en el día a día se haga más civilizada, ordenada –y humana–, la lucha contra el coronavirus.

Como siempre, comentarios dirigirlos a ecampos50@gmail.com o en Facebook en la página Diario del Coronavirus o con el user @eduardocampossemeno.

Fuente:

Vía / Autor:

// Eduardo Campos

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Autor: stafflostubos
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