Por Obed Campos
Aquí, se queda la clara
la entrañable transparencia
de tu querida presencia…
Si alguna lección dejan estas casi ocho semanas guardados, es que la gente no entiende que no sabe que se puede morir, y, peor aún, llevarse de encuentro a sus seres queridos.
Hubiera visto usted ayer las filas en las tiendas que venden pizzas en Nuevo León. Parecía que estaban regalando el producto. ¿Y la sana distancia? Cuál, si hay que celebrar a las “creaturas”…
La gente sí usa el cubrebocas, pero nada más para hacer como que cumple, porque se deja la nariz de fuera.
Son dos las mayores preocupaciones en estos días: Que ya no hay cerveza en las tiendas y que no se van a poder visitar los panteones el 10 de mayo.
Como si a los muertos les pesara tanto quedarse solos y en paz…
Pero va a ver usted que sobrarán los “colados” a los panteones y no va a faltar quien se caiga a alguna tumba abierta, como siempre, con la diferencia de que no habrá quien lo auxilie de inmediato.
Ahora que, de las serenatas a las madrecitas, nadie ha dicho nada, ni que estén permitidas ni que se vayan a prohibir.
Júrelo que no van a dejar dormir.
Hasta siempre:
No Salgas Niña a la Calle
Porque el viento te a mentido
Jugando con tu vestido
Puede dibujar tu talle
No hay quien de amor no desmaye
Al ver que tus formas bellas
Se manifiesta la huella
Que el pudor ocultar debe
Y solo el viento se atreve
A entretenerse con ellas
