Por Eloy Garza González
Analicemos la prohibición de abrir florerías y pastelerías en algunas ciudades del norte de México, durante el 10 de Mayo. Solo ayer se perdieron en el norte del país más de 250 millones de pesos.
De ese dinero, 35% hubiera sido recaudación para el gobierno, entre IVA e ISR. Es decir, alrededor de 70 millones de pesos, ese fin de semana, específicamente, en florerías y pastelerías.
Con esos 70 millones de pesos, aunque se los diéramos al hijo de Bartlett, se hubieran podido comprar 43 respiradores, cuando menos. Cada hospital en Nuevo León, por ejemplo, tiene entre 30 y 35 respiradores, o sea, hubiéramos abastecido el equivalente a un hospital completo.
Pregunta: ¿no hubiera sido mejor que los gobiernos estatales o municipales tomaran medidas de control sanitario en vez de simplemente cerrar pastelerías y florerías? ¿Cuánto perdimos y qué ganamos realmente con esa medida?
Ayer me di una vuelta por restaurantes caros de Monterrey: filas larguísimas de gente, con alto riesgo de contagio. La razón por la que unos negocios sí pueden abrir y otros no, ninguna autoridad pública la ha explicado, hasta ahora. Ya se ve que las medidas de cierre de giros que toma el gobierno son arbitrarias, injustas y absurdas.