Por José Jaime Ruiz
@ruizjosejaime
Para Rita Segato (escritora, antropóloga y activista feminista argentina) “el feminismo es una política de la amistad”. En México, el presidente Andrés Manuel López Obrador no fue ni es feminista y ahora desde el poder ejerce una política de la enemistad. Lo demostró, para variar, en su mañanera del viernes pasado.
“Y repito, estamos en contra de la violencia que de manera irracional padecen las mujeres, estamos en contra del feminicidio, los crímenes de odio, eso debe de quedar muy claro por razones humanitarias.
“Si fuésemos conservadores a lo mejor no nos importara el tema, pero vinimos de una lucha social, de años, en defensa de los pobres, en defensa de los desvalidos, desposeídos, los más vulnerables, en defensa de las mujeres, hay constancia de eso.
“Entonces, ahora a los conservadores les ha dado por señalar que no hacemos nada en defensa de las mujeres. Se equivocan, constantemente estamos tratando el asunto, todos los días: qué sucede con lesiones, con maltrato, con homicidios en general y con homicidios a mujeres, todos los días.
“Y esos datos que proporcionas los conocemos bien y estamos procurando que no aumente la violencia. Yo lo que he sostenido es que no precisamente por el retiro a las casas ha habido más violencia, eso puede ser que suceda en otros países.”
De lengua me como un taco. Si Andrés Manuel nos mostrara que hay constancia de que a lo largo de su vida ha luchado en contra de los feminicidios y a favor de los derechos de las mujeres (sobre su cuerpo, como el aborto), otro gallo cantaría. No es así. Además, siempre politiza el tema.
“Te voy a dar otro dato, que no quiere decir que no exista la violencia contra las mujeres, porque no quiero que me vayan a malinterpretar, porque muchas veces sacan de contexto lo que digo. El 90 por ciento de esas llamadas que te sirven a ti de base, son falsas, está demostrado; y esto no es sólo por tratarse de llamadas que tengan que ver con el maltrato a las mujeres, esto sucede lo mismo en las llamadas que recibe el Metro sobre sabotajes, sobre bombas.
“La mayor parte son falsas, pero esto dicho, informado por las mujeres del gobierno federal, la secretaria de Gobernación, la encargada del Instituto de Atención a las Mujeres, Nadine, que están preocupadas constantemente por este tema y atendiendo este tema.”
¿Suscriben Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación, y Nadine Gasman, titular del Inmujeres, las temerarias declaraciones de López Obrador?
Lo peor de Andrés Manuel, comparar las llamadas de sabotajes que recibe el Metro a las llamadas de violencia de género. No hay punto de comparación. Las llamadas de sabotaje son como las llamadas inventadas para “volar” el Reforma. Las llamadas para atender la violencia tienen un fin real, el maltrato, el feminicidio.
Inclusive, más allá de la “fraternidad familiar” de los mexicanos ensalzada por AMLO, Inmujeres suscribió la reflexión, avalada por decenas de países, que “El COVID-19 afecta a mujeres y a hombres de modo diferente. La pandemia empeora las desigualdades que sufren las mujeres y las niñas…”.
Confundido, él sí, López Obrador señaló: “Sin ser feministas, somos humanistas. Entonces, para que no se nos confunda. Sólo pedirles a todos que seamos lo más objetivos posibles y que hablemos siempre con la verdad”.
Ya no entendí las confusiones –y confesiones– del presidente. A ver, dijo antes: “…estamos en contra de la violencia que de manera irracional padecen las mujeres, estamos en contra del feminicidio, los crímenes de odio, eso debe de quedar muy claro por razones humanitarias”, pues eso es ser feminista, pero López Obrador no es feminista, asegura, es humanista y, por cuestiones “humanitarias”, concede verticalmente su piedad a las mujeres.
¿Cómo así? ¿Por qué soy humanista no soy feminista? ¿Por qué elude una lucha cotidiana y frontal y se refugia en un etéreo humanismo? En fin, ya rugiste Andrés Manuel: no eres feminista. Tu política es la enemistad, el ninguneo declarativo, y de los otros datos, contra las mujeres.
