Por José Jaime Ruiz
@ruizjosejaime
La diputada federal Tatiana Clouthier tiene dos opciones: luchar por la gubernatura de Nuevo León o quedarse con su trabajo legislativo. Tatiana no va a ser secretaria de Gobernación, el presidente Andrés Manuel López Obrador, si alguna lejana vez decide remover a Olga Sánchez Cordero, su lugar sería ocupado por Alejandro Encinas, no por Clouthier.
Como Tatiana decidió no contender por Sinaloa, su única opción es Nuevo León. El tiempo trabaja en contra de Clouthier, ya es junio y, formalmente, el año electoral en el estado comienza en octubre. Nada, pues. Otros ya se adelantaron: Samuel García, por Movimiento Ciudadano; Ildefonso Guajardo, Adrián de la Garza y César Garza Villarreal por el PRI; Víctor Fuentes, lo avale o no el PAN; Clara Luz Flores, por un combo de partidos; Waldo Fernández y Claudia Tapia son precandidatos de Morena.
Si Tatiana Clouthier quiso estirar la liga para llegar a Segob, se ha equivocado. Las redes sociales como dan, quitan, Samuel García se desinfló, pero aún sigue ahí. El PRI entra en una etapa de renegociación interna entre quienes apoyan a Ildefonso Guajardo y el grupo nacido en la gubernatura de Rodrigo Medina de la Cruz con Adrián de la Garza, alcalde de Monterrey, como precandidato. A Clara Luz ya se le cayó la candidatura de Morena, tendrá que arar en otros terrenos. Víctor Fuentes aún puede arrebatar la candidatura a los dueños locales del PAN…
¿Por qué la inmovilidad de Tatiana?
Clouthier proyecta indecisión, estancamiento. Pareciera que el coronavirus la ha paralizado y requiere de un respirador político artificial. O se decide ahora o adiós Tatiana. Dijo que su corazón está en Nuevo León, tal parece que no.
