Por Obed Campos
En el Congreso de Nuevo León se hicieron hace unos 15 días la prueba del Covid-19 la mayor parte de los empleados y de la gente, como periodistas o líderes sociales, que por una razón o por otra acuden a la sede legislativa todos los días.
La razón, pues que algunos reporteros que cubren Gobierno del Estado y también el Congreso, resultaron positivos de coronavirus y había que descartar a todos.
Pues apenas ayer les llegaron las pruebas a la mayoría de los “sospechosos” y cuando estaban respirando con alivio se dio a conocer que el diputado del PAN, Jesús Nava Rivera, fue diagnosticado con el mal, y aunque asintomático, lo sometieron a aislamiento.
Junto con el legislador fueron dictaminados como enfermos una secretaria y un asesor.
Yo no sé si por precaución, pero anoche circuló una lista de diputados de todos los partidos, periodistas de todos los medios, empleados, asesores y gente de seguridad, 141 personas en total, que acuden a diario al Palacio Legislativo, y a quienes habrá que hacer de nueva cuenta los exámenes.
Sobra decir que esa posición no se le desea ni al peor de los enemigos. Tengo amigos que han pasado los 14 días más angustiosos esperando los resultados de las pruebas.
Mi primo Juanjo estuvo internado intubado en una clínica en Iowa y aunque afortunadamente ya fue dado de alta, le seguirá un proceso largo y penoso para él y su familia.
Por lo pronto en los medios del Congreso circula la lista (con nombres) de los 141 sospechosos y un atento aviso:
“Buenas tardes a todas y todos se les informa que el día de mañana miércoles 17 de junio se aplicará, a todo el personal que ingresó al H. Congreso en fecha viernes 12 de junio, la prueba PCR por parte de la secretaría de salud, adjunto listado de quienes deberán asistir y aplicarse dicha prueba. En el entendido que es de suma importancia que todos asistan, por lo que se les pide que convoquen a su personal el día de mañana en el salón polivalente a partir de las 9:00 horas y hasta las 12:00 horas”.
Ahora sí que la fuerza los acompañe.
