Por José Jaime Ruiz
@ruizjosejaime
Ni la Presidencia de la República ni la investidura presidencial deben de manejarse desde el espacio privado de la cocina, el desayunador, la sala o la alcoba. Quienes somos padres entendemos que la defensa de nuestros hijos es esencial, pero los espacios públicos no deben de ceder a las emociones porque la representatividad puede fracturarse. El presidente constitucional de la república nos representa a todos, así lo decidimos la mayoría en 2018.
A mí el comediante Chumel Torres ni me va ni me viene. Cuando he visto sus gracejadas me parecen pendejadas. Subirlo al foro de Palacio Nacional me parece rebajar investidura: los payasos son para hacernos reír o darles de tomatazos, no para elevarlos a la condición de interlocutores presidenciales. Si otras instancias, como la Conapred, le quieren dar cabida en sus foros de discusión, que lo hagan, están en su derecho de inclusión de quienes tienen chingo de seguidores. Rasgarse la investidura por darle crecimiento a los enanos no es buen negocio político para ningún circo.
Andrés Manuel se equivoca al exagerar: “Pues que ya basta de simulación, que no puede ser que gente racista, clasista, siga soterrada, oculta, enmascarada, engañando. ¿Cómo se va a invitar, la verdad, a alguien que discrimina a un acto de estos?
“Desde luego yo soy partidario de la libertad, pero pues es el colmo. Son personas caracterizadas por despreciar a otros, verdaderamente racistas, comentarios racistas, discriminatorios, demostrado, y ahora resulta que para un foro contra la discriminación se le invita; es como si para un foro de derechos humanos se invita a un torturador”.
¿Le puso la rodilla encima Chumel Torres a alguien para torturarlo antes de matarlo? ¿Para que no pudiera respirar? No. Comparar a un comediante con un torturador es inadmisible en un presidente. Chumel no ha torturado a nadie. Sí es un racista, un clasista y un discriminador, también es un vendido que usa su proyección mediática para prostituirse al mejor postor, pero no, presidente, no es un torturador. El comentario está fuera de lugar.
Tampoco, Andrés Manuel, es necesario mentir: “Ahora que hubo una polémica por un comentarista de redes sociales, que fue invitado para un debate, me enteré de que existe… ¿cómo se llama?… Conapred”.
Leamos una nota de La Jornada con fecha del 20 de noviembre de 2019: “Mónica Maccise Duayhe fue designada por el presidente Andrés Manuel López Obrador titular del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), por lo que hoy toma posesión del cargo”.
¿Ahora resulta que nuestro presidente desconoce el Conapred? Si se acaba de enterar de su existencia, ¿cómo designó a su titular? ¿Y cuando le dio la palabra a la entonces titular Alexandra Haas en la mañanera de mediados de mayo en 2019 para hablar de homofobia? ¿Qué conoce y qué desconoce López Obrador de su gobierno?
Mentir desde Palacio Nacional es muy grave. La banalidad estereotipada a nadie ayuda. Paradojas de la 4T, cancelaron el debate en Conapred y lo llevaron a Palacio Nacional. ¡Qué país!