Por Francisco Tijerina Elguezabal
“El público siente en masa y reunido de una manera muy distinta que cada uno de sus individuos en particular.” // Mariano José de Larra
Sumidos
en la rebatinga y la repartidera, haciendo alianzas que a la media
hora traicionan, prometiendo lo imposible y comprometiéndose a lo
imposible, nuestros políticos y los dirigentes de partidos no se han
percatado de que las próximas elecciones serán, necesaria y
forzosamente, totalmente diferentes a cualquier otra antes
vivida.
Primero porque no sabemos hasta cuándo se
extenderán las restricciones del distanciamiento social y porque aún
y cuando lleguen a permitirse eventos masivos, recorridos por
colonias, mítines y demás, serán con nuevas reglas, lo cual
implica el enorme desafío de hacer algo a lo que nunca se han
podido acostumbrar: cambiar.
Ya se dan algunos atisbos de
las modificaciones que tendrán las campañas de la “nueva
realidad” y entre otras cosas hablan de realizarlas en 30 días, un
tiempo récord para cualquier campaña y que obliga a sistematizar
los mensajes, a ser altamente cuidadoso con las propuestas y manejar
a la perfección la comunicación.
Serán, desde ahora lo
puedo anticipar, campañas mediáticas en donde la lucha se centrará
en los medios tradicionales y especialmente en las redes sociales.
Serán también, y anótelo desde ahora, campañas de guerra sucia a
más no poder.
Nuestros políticos tendrán que dejar de
gastar suela para gastar en post y twits, en videos y charlas
digitales, en encuentros por videoconferencia y en mensajes muy
claros, cortos, precisos y contundentes; tendrán que convencer desde
la comunicación al electorado.
Por principio deberán
hacer a un lado a los eternos operadores de tierra que no tendrán
espacio y ya no será necesario que compren los cientos de camisetas,
gorras, banderines y utilitarios, el dinero se irá a otro
lugar.
Deberán cuidarse, y ojo con esto, de los miles de
vivales que hoy abundan prometiendo increíbles logros en las redes
sociales conseguidos en base a comprar “bots”, seguidores y
“likes” falsos, esos que solamente les quitan el dinero y al
final los dejan “chiflando en la loma” porque nada era
cierto.
Tendrá que ser la fuerza y contundencia de sus
palabras, de su imagen, de sus diálogos, de sus entrevistas, las que
les hagan destacar y diferenciarse del resto.
Será una
durísima batalla por los espacios en los medios, sobre todo en
elecciones concurrentes como la de Nuevo León en la que están en
disputa la gubernatura, alcaldías y diputaciones, porque el espacio
en los medios es el mismo y sólo tendrán lugar las mejores notas,
las buenas y las malas.
Lo que sí no habrá será espacio
para un error que por mínimo que sea quedará en la mente de los
votantes y afectará el devenir del proceso.
Esa será la
nueva realidad y más vale que se preparen para ella, porque quienes
estén verdaderamente listos para una batalla de esas proporciones,
serán los triunfadores.
ftijerin@rtvnews.com