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Por Francisco Tijerina Elguezabal

“Allí está el fastuoso escenario de la vida para los que saben mirar un poco”Doménico Cieri Estrada

Lejano, muy lejano veíamos aquel escenario que varios amigos nos dibujaban de lo que hace meses estaba ocurriendo en España, cuando con los hospitales llenos se tenía que atender a pacientes en áreas habilitadas, manteniéndolos en pasillos y zonas comunes.

Aquí el virus apenas llegaba, pero se aprovechaba la experiencia de lo que ocurría en el otro lado del planeta y se empezaban a tomar medidas.

La respuesta de los gobiernos ha tenido sus aristas y matices, primero porque no existe un manual para atacar un fenómeno inédito como el Coronavirus y aunque la medida del distanciamiento social y el confinamiento parece la más efectiva para contener la multiplicación de casos, también es cierto que no hay economía que resista el parón definitivo, por lo que en un momento dado es necesario iniciar la reactivación y con ello asumir riesgos.

Hoy, Nuevo León está poco más arriba del 70 por ciento en su ocupación de camas asignadas para atender el Covid-19, es ya según los médicos un momento de riesgo.¿Cómo es que llegamos aquí? ¿Es culpa de la reactivación económica? ¿Es, como afirman algunos, culpa del transporte urbano?

Sin que se trate de buscar culpables, lo cierto es que más que nada los culpables somos nosotros mismos, por no atender las recomendaciones, por relajar las medidas de higiene, por no cuidarnos y cuidar de los demás.

Hace un par de días en la conferencia de prensa nocturna del Sector Salud a nivel nacional nos pusieron como ejemplo de que estábamos llegando a un status peligroso en cuanto a ocupación hospitalaria, lo cual es acorde con la versión que el Gobierno estatal ha venido manejando.

Sin embargo…

Cuando revisas el panorama de nivel nacional, te das cuenta de que la mayor parte del país se encuentra en la misma condición, casi todos al borde en cuanto a espacios para atender pacientes.

No es, porque no puede ser, consuelo de nada, pero para entender en fenómeno es necesario verlo desde una perspectiva integral y no detenernos a mirar sólo nuestro entorno.

Dadas las circunstancias no nos queda más que redoblar los esfuerzos de confinarnos, no salir si no es necesario y cuando lo hagamos extremar las precauciones, portar cubrebocas, lavarnos las manos, evitar el acercarnos a otras personas, limpiar cualquier producto que compremos o que nos entreguen a domicilio.

Hoy no es un problema de gobiernos, es un asunto personal y familiar. Tenemos que comprender que el momento es crucial y de cómo lo confrontemos dependerá nuestra subsistencia. Haga conciencia, no haga confianza, deje ya de decir “a mí no me pasa nada” porque seguramente le pasará. Hágalo por usted, por su familia, por todos nosotros, si no quiere que repitamos el escenario aquel de “le quitaron el respirador al más viejo para colocárselo al más joven”.

ftijerin@rtvnews.com

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Vía / Autor:

// Francisco Tijerina

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Autor: stafflostubos
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