Por José Jaime Ruiz
@ruizjosejaime
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La dirigencia nacional y local de Movimiento Ciudadano requieren hacerse una pregunta anticipada: ¿Qué importa más? ¿Las pretensiones personales del senador Samuel García o el crecimiento electoral de Movimiento Ciudadano? No sé que opinen Dante Delgado, Agustín Basave o Luis Donaldo Colosio, no les he preguntado.
Hasta ahora lo que ha prevalecido en Nuevo León son los intereses de Samuel, no los del partido y, también, parece que las cosas no van a cambiar. Samuel se pretende grupo con Luis Donaldo y Agustín, no lo es. Lo que sucede en Movimiento Ciudadano es atípico. Otros partidos han encontrado rutas de exclusiones o inclusiones, pero no uno protocaudillismo.
En el PRI, por ejemplo, ya se impuso el grupo que encabeza la dupla del alcalde de Monterrey, Adrián de la Garza, y el coordinador del partido en el Congreso local, Francisco Cienfuegos (Heriberto Treviño es un dirigente de postín, un mero peón). El PAN sigue manejado por Zeferino Salgado, alcalde de San Nicolás, el diputado federal Víctor Pérez y el también diputado Raúl Gracia quienes desplazaron a la Vieja Cúpula, al panismo tradicional (por eso la candidatura independiente de Miguel Treviño con la cual los tradicionales, sobre todo en coalición, demostraron que también pueden ganar elecciones). Morena en Nuevo León, más que izquierda, es un cero a la izquierda y el PT y Partido Verde sólo alcanzan a ser comparsas.
A lo largo de estos recientes años, el senador Samuel García ha sido ingenuo no en su necesidad sino en su necedad: nos ha demostrado cómo no hacer política. Tratar de convertir la vida personal en un mitin de redes sociales nunca ha sido una buena apuesta. Tratar de pelearse con el presidente Andrés López Obrador fue desenfocarse de Nuevo León. Utilizar la pandemia como arma política (incluso contra Hugo López-Gatell) tuvo un efecto boomerang, ahí están los gobernadores para demostrarlo. Y, por último, hacer de la destitución del gobernador Jaime Rodríguez Calderón su bandera electoral, no le ha acarreado buenos dividendos ni políticos ni judiciales.
Por anticipado, Samuel García ya sufrió derrota tras derrota. Desesperado, se cuelga de clavos ardientes. Tal vez Movimiento Ciudadano necesite redefinir la candidatura del 2021 a la gubernatura de Nuevo León. Samuel huele a cartucho quemado.