Comparada por muchos con una escena de anime, un meteoritoexplotó en el cielo de Japón el pasado 29 de noviembre, sorprendiendo a autoridades y habitantes al norte de Tokio, pues el evento produjo un gran estruendo y un fuerte resplandor.
De acuerdo con los reportes oficiales y de testigos, la roca espacial entró a la atmósfera terrestre sobre la región de Kanto, viéndose primero como una gran bola de fuego, para después estallar a varios kilómetros de la superficie, emitiendo una luz superior a la de la Luna.
Según Takeshi Inoue, del Planetario Municipal de Akashi, este meteorito se habría tratado de un bólido, es decir, una estrella fugaz de gran intensidad; aunque señala que se trataría de algo atípico, pues este tipo de cuerpos celestes pocas veces llegan a emitir tal cantidad de brillo al momento de su explosión.
La Tierra está en constante bombardeo de meteoritos
Aunque por lo general nos centramos en los denominados cuerpos «potencialmente peligrosos», la verdad es que la Tierra constantemente se ve bombardeada por meteoritos; de acuerdo con diversas agencias espaciales, sin miles las rocas de pequeño tamaño que ingresan a nuestro planeta todo el año.
Además del bólido que explotó sobre Japón y que mencionamos en la presente, tan sólo en la última semana de noviembre se reportó otro incidente similar, donde un meteoro cayó y explotó sobre el mar cerca de Tasmania.
Si bien organismos como la NASA y la ESA han señalado que los meteoritos no son peligrosos para la vida, dependiendo del lugar donde caigan pueden provocar diversos daños, que van desde techos rotos y ligeras lesiones, hasta cráteres de un par de metros de diámetro y potenciales muertes.
Lamentablemente, dada la cantidad de rocas que caen sobre nuestro planeta y su tamaño mínimo, es difícil detectarlas con anticipación; de hecho, en su mayoría no se sabe de estas hasta que ya colisionaron en la superficie o explotaron en la atmósfera.