Por José Jaime Ruiz
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@ruizjosejaime
El miércoles ha sido un mal día para la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero. No creo que el presidente Andrés Manuel López Obrador esté muy contento con su pifia mañanera. Por un lapsus o conscientemente, el reportero del Grupo Reforma la llamó “presidenta”, pero eso es sólo anecdótico.
Como suplente de las conferencias matutinas no le había ido tan mal a la secretaria de Gobernación y, como titular de la política interna, no habría otro personaje que se hiciera cargo de las mañaneras en ausencia del presidente. El canciller Marcelo Ebrard, bajo ninguna circunstancia, podría asumir esa función. Tampoco Jesús Ramírez Cuevas, titular de Comunicación de la Presidencia. En México se carece de una vocería, al nivel que lo tiene la Presidencia de los Estados Unidos donde su presidente aparece de vez en cuando.
La secretaria de Gobernación, tan incluyente, se oyó excluyente cuando dijo: “Quiero, a ver, ¿alguien de Reforma y de El Universal? También para que podamos también tener aquí a los diarios más importantes”.
En la nueva forma de comunicar, la importancia de los diarios impresos disminuye frente a la diversidad, pluralidad y horizontalidad de la benditas redes sociales. Además, creo que Olga Sánchez Cordero no lo ha entendido, los periódicos -como Reforma y El Universal– que cobran por leer sus contenidos en Internet, son una especie en extinción, jurásicos: T-Rex frente a los velociraptors.
La secretaria de Gobernación quiso enmendar su error con un tuit tardío: “En el ejercicio circular que es la #ConferenciaMatutina me referí a un par de medios como importantes debido a que como casas editoras tienen uno más de 80 y otro más de 100 años de circulación y son tradicionales. Igual de importantes que otras empresas de comunicación”.
Más que tradicionales, son conservadores y voceros del neoliberalismo. Además, Sánchez Cordero se equivoca con las fechas, al menos con Reforma. El Norte de Monterrey sí tiene 80 años; Reforma, no. Como lo expresó López Obrador: «Otro dato sobre el Reforma: se fundó durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari y a Salinas no lo tocan ni con el pétalo de una rosa”. En efecto, nació y creció con el neoliberalismo.
La importancia de esos medios de comunicación radica en que son los voceros del neoliberalismo y no, no de la 4T. Olga Sánchez Cordero ya aprendió en cabeza propia: al darle importancia a la “importancia” de esos periódicos, le ha restado relevancia a otros medios. “El ninguneo”, escribió Octavo Paz, “es una operación que consiste en hacer de Alguien, Ninguno”.
Estoy cierto de que la secretaria no lo volverá a hacer.