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Colosio, Samuel, ¿le creen a Paco y Adrián?

Por José Jaime Ruiz

josejaimeruiz@lostubos.com

@ruizjosejaime

Obtusos, Rodrigo Medina, Adrián de la Garza y Francisco Cienfuegos pretenden que perdieron una batalla, no las elecciones. Se sabe, como canta el español Joaquín Sabina, que se empieza la guerra firmando la paz. El PRI medinista se quiso pasar de lanza con Luis Donaldo Colosio, no sé si existió una llamada de Carlos Salinas de Gortari para corregirlos. Lo que sí sé es que la conspiración resultó boomerang, tiro por la culata.

La estrategia de intimidación no resultó porque el montaje fue muy burdo. Utilizar el medinismo incrustado en el Palacio de Cristal, en el Tribunal Estatal Electoral y en la Agencia Estatal de Investigaciones resultó contraproducente, párvula maniobra. Obvia fue la conspiración de los conjurados para descarrilar a Luis Donaldo: los nombres y sus puestos los delataron. Así Meme Cavazos, ex secretario privado de Rodrigo Medina y actual secretario del ayuntamiento regio, también “compadre” de Paco Cienfuegos; así Esteban Cantú, titular de la AEI y ex jefe de la Unidad de Antisecuestros cuando Adrián fue procurador, o comisario de Seguridad siendo alcalde De la Garza.

Iconoclastas en un país de símbolos, arremetieron contra Colosio Riojas. Al tratar de deshacer su candidatura, rompían al mismo tiempo la imagen de Colosio Murrieta. Quisieron ejecutar electoralmente a Luis Donaldo. Su atentado ya les arrojó consecuencias negativas.

Les falló la estrategia. Imberbes en el arte de la guerra, de la política, lo suyo es el Nintendo. ¿Cómo podrían saber que Foucault reinventó la manida frase de Clausewitz cuando afirmó que la política es la prolongación de la guerra por otros medios? El mismo Clausewitz recomienda: “La característica principal de la batalla ofensiva es la maniobra para flanquear o envolver, y por lo tanto, para ganar también la iniciativa”.

Los medinistas no pudieron aniquilar a Luis Donaldo Colosio Riojas; no pudieron, simbólicamente, ejecutarlo. Lo suyo ahora es una retirada táctica. La intimidación como iniciativa los hizo perder la iniciativa, más que flanquear o envolver a Colosio, propiciaron que los ciudadanos lo arroparan, por eso su disgusto, su repliegue.

Adrián de la Garza, como alcalde en funciones, tendrá que darle su constancia de residencia a Luis Donaldo, no le queda de otra. Rijoso, Paco Cienfuegos apechuga y se compromete a no promover juicio alguno contra Colosio (otros, convenientemente, lo pueden hacer por él). La Comisión Estatal Electoral, a pesar de las presiones de los medinistas, registrará al candidato de Movimiento Ciudadano a la alcaldía de Monterrey.

Decir Traición es casi la sinécdoque de Rodrigo, Adrián y Paco. Están hechos para no respetar las reglas. Sólo hay que preguntarle a Felipe de Jesús Cantú cuando lo despojaron de la alcaldía de Monterrey de la mano del socio panista, Zeferino “Chefo” Salgado. En efecto, la traición es el sustantivo por antonomasia del PRI medinista.

Arrebatar más acá de las reglas los define. Esa es su historia. Luis Donaldo Colosio Riojas, Samuel García Sepúlveda, ¿le creen a Rodrigo, Paco y Adrián? El clásico diría: Yo tampoco.

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// José Jaime Ruiz

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Autor: stafflostubos
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