Por Eloy Garza González
Llevo toda mi vida escribiendo artículos de prensa. Mis temas son de literatura, artes, análisis político, y vida y milagros de Mito.
Prácticamente escribo un artículo diario desde hace 35 años. No me gusta meterme en lo personal con nadie. De cualquier forma, me he llevado mis raspadas porque detesto elogiar a los políticos. Yo elogio a los artistas, pintores, músicos, escritores (cuando se lo merecen) y si no, me quedo callado.
Pero a muchos políticos no les gusta que los critiques; les gusta traer guaruras, robarse el presupuesto, usar camionetas blindadas, aunque por lo general, dejan trabajar a los periodistas. Por ejemplo, critico a mi amigo Víctor Fuentes y su respuesta es invitarme un café y darme su punto de vista. Bien por él. Critiqué a Mauricio Fernández y me invitó a su casa a platicar. He criticado a muchos otros y me han respondido con el látigo de su silencio, como diciéndome “me vale madres”. Pues bueno. También la indiferencia es respetable. No me molesto.
Hasta que llegó este muchacho llamado Luis Donaldo Colosio y se enojó conmigo porque la Ley dice que debes vivir en el municipio que aspiras gobernar. Se fue a vivir a Santa Catarina y quiere ser alcalde de Monterrey. Allá él. He criticado más a Clara Luz Flores, Adrián de la Garza y Francisco Cienfuegos que a Colosio, y me han dejado en paz. Pero Colosio tiene la piel muy delgadita y su respuesta a mis críticas es sacar un video para censurarme. Lleva gastados 45 mil pesos en publicidad en contra mía para “ponerme en mi lugar”.
Si todos los políticos que he criticado sacaran un video en contra mía cada vez que les pego ya estaría saturado YouTube. ¿Por qué mejor no regala Colosio esos 45 mil pesos a alguna asociación que apoye a niños con cáncer o a una casa-hogar?
Es más, le propongo a Luis Donaldo Colosio que saque ese dinero del video y yo doy otro tanto para los niños con cáncer. En vez de censurarme hagamos juntos una buena obra.
Ya tuve ayer mi “War Room” con mi único consultor de imagen y estratega electoral. Analicé con él la censura de la que fui objeto por parte de Colosio. Y entonces le dije a mi consultor y estratega Mito, mi perro xoloitzcuintle: “Mito, nos están chamuscando en YouTube. ¿Qué hacemos urgentemente?”
Mito, mi único consultor, fue muy claro en su respuesta: paró las orejas, giró tres veces en círculo y se echó a dormir.
Así que yo también le respondo a Colosio y sus afanes de censura haciendo lo mismo que Mito: pararé las orejas, giraré tres veces en círculo y me echaré en mi rincón. Que duerman con los angelitos.