Por Javier Treviño
Cuando un servidor público toma una decisión, elige entre diferentes opciones. Algunos lo hacen racionalmente, con base en la evaluación y un análisis sólido de las alternativas. Otros lo hacen ideológicamente, con base en ideas preconcebidas y estereotipos. Sea de una forma u otra, esa elección siempre tiene consecuencias.
Las organizaciones empresariales que integran el Consejo Coordinador Empresarial convocaron a una conferencia de prensa ayer. Dieron a conocer las conclusiones del foro “Electricidad para el futuro de México” que se llevó a cabo la semana pasada. Se pueden ver los videos de las mesas aquí: https://bit.ly/3t5BKi0 y https://bit.ly/3l0m50m .
Hay consecuencias muy preocupantes para el bienestar de la sociedad, la salud pública y la competitividad de las empresas. Sin importar nada de ello, la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica (LIE), se publicó ayer en el Diario Oficial.
El 1º de febrero el presidente López Obrador envió una iniciativa preferente de reforma a la LIE. Los legisladores no invirtieron mucho tiempo en el análisis. Nos advirtieron que obedecerían a AMLO y no le cambiarían ni una coma. Así fue. El 25 de febrero, la Cámara de Diputados la aprobó sin considerar ninguna de las recomendaciones del “parlamento abierto”. En sólo dos días, el 2 de marzo, la Cámara de Senadores la aprobó también.
Todos creíamos que cuando una Cámara convoca a un “parlamento abierto” es para escuchar y considerar los diversos puntos de vista. Pero le realidad mexicana es otra. Todo fue teatro. La falta de cuidado en el diseño de una política pública tan trascendental es alarmante.
El consenso de los participantes en las mesas del Foro es que la nueva ley eléctrica tendrá un costo demasiado alto para el país. Las consecuencias para todos los mexicanos son aterradoras. Veamos sólo algunas de ellas:
1.
Contrario al objetivo de AMLO, se estima que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) no se fortalecerá. Al contrario, se perjudicará económica y operativamente. Los precios más elevados de la electricidad ofrecidos por la CFE causarán que pierda clientes potenciales e ingresos. La CFE perderá autonomía de decisión en la compra de sus combustibles ya que la obligarán a comprar combustóleo a PEMEX. El resultado será el deterioro de sus plantas eléctricas. Los recursos destinados a cubrir las ineficiencias no podrán convertirse en inversiones que fortalezcan a la CFE en las divisiones en donde gana dinero. Puesto que no se invertirá más en la actividad de transmisión, el suministro no será confiable. Un dato que ilustra: la construcción, mantenimiento y operación de las redes de transmisión de energía eléctrica es una actividad restringida sólo al Estado mexicano. En 2019, la CFE invirtió solamente en 1 km (¡sí, UNO!) de redes de transmisión.
2.
Las nuevas reglas de despacho de la electricidad generarán un sobrecosto de 60 mil millones de pesos, el cual será cubierto por el gobierno a través de mayores subsidios, o bien, por los sectores productivos. Esos recursos podrían haberse destinado a programas sociales. Se afectarán a la planta productiva y a las familias del país, provocando precios de productos y servicios más altos. Las personas de menores recursos terminarán pagando bienes y servicios básicos más caros, como son el transporte, la tortilla, la canasta básica. Lo que los legisladores no quisieron reconocer es que esos 60 mil millones de pesos equivalen a todo el presupuesto del gobierno federal destinado al gasto social durante 2020 y que serían el recurso necesario para comprar 150 millones de vacunas, suficientes para cubrir a la mayoría de la población mexicana.
3.
Las dos consecuencias anteriores, nos llevan a una tercera: los sectores productivos que generan empleos, productos y servicios terminarán pagando tarifas eléctricas más caras, afectando su competitividad. El sector manufacturero para exportación podría verse severamente afectado. Las exportaciones de México disminuirían todavía más. Las empresas no sólo pagarán más por la electricidad, sino también los establecimientos como hospitales, escuelas y mercados. Esto generará que servicios básicos incrementen sus costos a la población en general.
4.
Las plantas contaminantes que privilegia la nueva LIE generan tres veces más efectos negativos en la salud de las comunidades que las plantas de energías renovables. La Ley promueve mayor uso de fuentes contaminantes (combustóleo, diésel, carbón). Las familias mexicanas estarán más expuestas a plantas contaminantes, afectando nuestra salud. Como referencia, las emisiones contaminantes de estas fuentes de generación eléctrica han provocado, desde 2012, una de cada cinco muertes en el mundo. Cada año hay 10.2 millones de muertes en el mundo asociadas a partículas PM2.5.
5.
Ahora que la LIE es vigente, se presentarán amparos, recursos ante los tratados internacionales y solicitudes de arbitrajes de protección de inversiones. La LIE viola la Constitución, el TMEC, el TIPAT, los Acuerdos de protección recíproca de inversiones. Eso causará un costo adicional enorme al gobierno federal y ahuyentará la inversión. Las empresas privadas se dedicarán a contratar abogados, entablar litigios y arbitrajes en lugar de innovar y generar empleos. Los recursos de los mexicanos se estarán destinando a pagar sanciones e indemnizaciones producto de todos los juicios, páneles y arbitrajes que el gobierno perderá.
6.
El Presidente nunca explicó en la exposición de motivos de su iniciativa preferente que los cambios a la LIE se aprobarían en un contexto de caída en la inversión del 18% en 2020 y 9% en 2019. La incertidumbre permanece y la inversión futura seguirá cayendo. Quisiéramos suponer que nuestros líderes políticos saben que sin inversión no existe crecimiento, desarrollo, empleos ni bienestar en el país.
7.
Las empresas privadas en el sector eléctrico ya han invertido 880 mil millones de pesos (lo que equivale a lo recaudado en un año por concepto de impuesto sobre la renta). Pero lo más valioso es que esos recursos para fortalecer la infraestructura eléctrica del país nunca tuvieron que ser desembolsados por el gobierno. Pero sí se hicieron bajo el supuesto de las reglas existentes y del respeto al Estado de Derecho. Derivado de las subastas de energía eléctrica, se invirtió en 65 nuevas plantas de energía renovable. Durante la segunda subasta de energía eléctrica se logró romper el récord del menor costo de energía en el mundo (33 USD/MWh). El costo de la electricidad generada por plantas privadas es 26% más bajo que el de CFE. ¿Por qué negarnos a reconocer todo este gran esfuerzo del sector privado?
8.
Todo este proceso de reforma a la LIE nos enseñó algo más. Se confirmó la tendencia de marginar cada vez más a los jóvenes y a las comunidades en la toma de decisiones. El proceso de aprobación de la LIE ha marcado un precedente en el que el derecho de los ciudadanos a ser escuchados está siendo erradicado. Durante las mesas de discusión del foro del CCE, los jóvenes invitados mostraron su mayor frustración por no haber sido escuchados durante las discusiones de esta ley. Eso genera desánimo en este grupo de la población. La 4T los desilusionó. No hay aprendizaje social. Posiblemente habrá un impacto en las elecciones de junio.
Lo que todos queremos es tener acceso a los servicios de electricidad al menor costo. Quisiéramos ver un plan de modernización de la CFE para mantenerla entre las empresas mexicanas más competitivas y sustentables en el largo plazo. El país no debería detenerse. México seguirá incrementando su demanda por energía eléctrica. Así que seguirá existiendo la necesidad de que tanto empresas privadas como la CFE generen electricidad.
Se requieren políticas que incentiven inversiones privadas en plantas de energías renovables que cuiden el bienestar y la salud de las familias. La CFE debería enforcarse en los negocios más rentables de su cartera, como son la transmisión, la distribución y el suministro. Ahí queremos que la CFE nos demuestre que puede ser una de las mejores en el mundo.