Por José Jaime Ruiz
@ruizjosejaime
En México las encuestas políticas se rigen por el verbo cucharear. Al dueño del Grupo Reforma, Alejandro Junco de la Vega, le gana la obsesión política y no la pasión periodística. La reciente encuesta que publicó de las elecciones de Nuevo León es un insulto a sus lectores. Quien debe descreer de la “intención de voto” es el candidato de Movimiento Ciudadano, Samuel García. Más que beneficiarlo, esta encuesta le hace daño. Aunque lo favorezca, es una encuesta contra Clara Luz Flores o, mejor dicho, contra el presidente Andrés Manuel López Obrador: “arm wrestling”.
Más que nunca, Andrés Manuel va a pelear Nuevo León. Y con Clara Luz Flores Carrales. El final del “Día D” no es sólo que Junco de la Vega pierda, sino imponer a los candidatos del presidente. ¿Difícil?, cada vez más; ¿imposible?, no.
Salvador Borrego, un encuestador confiable, apunta: “El Norte publica… una encuesta que indica que Samuel García ha tenido un vertiginoso crecimiento que ya lo ubica como puntero, en un momento en que los lectores estamos ávidos de información sobre los efectos que tuvieron en Samuel, y también en Adrián y el resto de los contendientes, las revelaciones que Adrián hizo sobre los nexos familiares y cercanía de la familia de Samuel y ‘el June’, un líder del Cártel del Golfo, el día 16 de abril.
“Pero resulta que El Norte nos publica una encuesta que hizo del 7 al 15 de abril, esto es, no recoge el efecto de los videos, y publica… una encuesta que pudo ser confiable el día 15, pero difícilmente el día 19, pero que para el público amplio (en su incultura estadística) es actual, induce al engaño, o auto-engaño, y genera la percepción de que los nexos familiares con un narco lejos de perjudicarlo, benefició a Samuel.
“Si El Norte hubiera privilegiado su misión de informar por sobre la de influir en los electores, hubiera desechado la encuesta que… publica, y se habría apurado a medir el 17 y el 18 de abril, para informarnos… de qué manera se modificó la correlación de fuerzas, como consecuencia de la revelación de los nexos familiares de Samuel con ‘el June’.
“Esto que hace El Norte es un atentado contra el sentido democrático, se distorsiona la percepción de los electores de modo claramente intencional y descarado (al menos ante los ojos de observadores informados). Y ante esto ¿el INE dónde está? Pues haciéndole al pendejo revisando cada publicación sobre resultados electorales para investigar quién contrató, quién pagó la publicación y otras cosas intrascendentes, mientras se trama, con el uso amañado de las encuestas, que los electores lleguen a las urnas engañados para elegir ahora, y arrepentirse después, como si necesitáramos de más arrepentidos”.
Las precisiones de Salvador son puntuales y necesarias. Si Clara Luz, Samuel, Adrián o Larrazabal requieren de alguien que les diga estadísticamente la verdad, ahí está Borrego. Contrátenlo, es un profesional, no un “endulzaoídos”.
Repito, el candidato panista, Fernando Larrazabal, tiene que meterse en la elección o aceptar que los dueños del partido, Zeferino Salgado, Raúl Gracia y Víctor Pérez, lo sacrifiquen. Si Alejandro Junco eligió como su candidato a Samuel García, ya lo besó el diablo (nunca el apellido Fernández), Palacio Nacional lo tratará de descarrilar de una u otra forma.
¿Qué hace Adrián de la Garza?
Decir que, como Clara Luz “ya se cayó”, él es ahora el Plan A de la 4T, incluso ya buscó a Marcelo Ebrard (no a Claudia Sheinbaum); Tatiana Clouthier lo apoya (remember la foto del restaurante El Mirador) y desarrolla una narrativa de que ya es la opción de Palacio Nacional. Presume que los golpes orquestados contra Samuel García son coordinados por Julio Scherer para beneficiar a Adrián. Si esto fuera cierto, ¿por qué el gran operador político de Andrés Manuel, el senador Ricardo Monreal, estuvo en Monterrey para darle un espaldarazo a Clara Luz?
Frente a la encuesta cuchareada de Alejandro Junco de la Vega y sus obsesivas publicaciones circulares contra López Obrador, la demoscopia de Palacio Nacional arroja tercios. Quien quiera sepultar a Clara Luz, se equivocó de cementerio. Adrián de la Garza nunca será Plan A, puede ser Plan B. Samuel García tiene todo el desprecio de la 4T.
¿Alguien ha pensado en las próximas negociaciones electorales de Zeferino Salgado y Jaime Rodríguez Calderón? El sustantivo es o-pe-ra-ción. Quien sepa de elecciones que actúe y comprenda. Te lo digo a ti, Andrés Manuel; entiéndelo tú, Alejandro Junco.