Por Obed Campos
“No te pago para que me pegues.” // José López Portillo
La mera verdad (que los no iniciados no conocen) es que los dueños de El Norte/Reforma se quedaron acostumbrados a vender el remedio y el trapito. Es decir, nunca tuvieron llenadera y si bien sus investigaciones desenmascararon mucho de lo podrido, también cayeron en la exageración y el amarillismo. En invenciones pues.
Ayer por la tarde comí con tres queridos amigos, Paco Tijerina, Eloy Garza, su hermano, Oscar Garza y nos quedó mal, por chamba, Óscar Tamez.
El centro de la comida y la sobremesa fue, obviamente, el tema de la grilla electoral, pero, Eloy, hábil como buen periodista que es, nos advirtió que algo iba a pasar en el debate anunciado por El Norte/Reforma.
No sé si él ya tenía los pelos de la burra en la mano o si tenía a las claras la información de la cancelación por parte de tres candidatos su asistencia al debate, al cual calificaron de parcial y tendencioso, pero Eloy nos adelantó que algo iba a pasar.
Más tardecito, los candidatos al gobierno de Nuevo León por las coaliciones: PRI-PRD, Adrián de la Garza; Morena, Verde, PT y Nueva Alianza, Clara Luz Flores y del PAN, Fernando Larrazábal, anunciaron que no iban a asistir al debate organizado por el periódico de la calle de Washington, dejando solo al aspirante de Movimiento Ciudadano, Samuel García Sepúlveda.
Los aspirantes consideraron el debate como una emboscada, parcial y tendenciosa y en lo particular, Adrián de la Garza Santos consideró que ese medio de comunicación “dejó de ser imparcial para convertirse en uno que pretende manipular y controlar intereses políticos”.
Asimismo, Clara Luz Flores dijo en una carta que dirigió a la Directora Editorial de El Norte que no existían las condiciones para que su participación fuera evaluada de forma objetiva.
“Siempre estaré dispuesto a confrontar ideas para encontrar lo mejor para Nuevo León, pero en un ‘piso parejo’…” advirtió Fernando Larrazabal en una carta.
Esta es la primera vez en 30 años que aspirantes a la gubernatura demuestran esa valentía y ponen en su lugar a El Norte.
Mientras tanto, Samuel practicó “rounds de sombra”, peleándose consigo mismo, en un debate que más bien fue un fatídico monólogo.
Porque al quedarse solo, y en lugar de no participar en la charada, Samuel quedó así como lo que es y lo que puede seguir siendo: una marioneta.