Con un pronóstico global de 29 tormentas, entre tropicales, moderadas e intensas, la temporada de huracanes en México ha iniciado ya. Ante ello, y con el objetivo de evitar consecuencias similares a las que dejó a su paso la tormenta tropical «Hanna», el año anterior, o el huracán «Alex» hace más de diez años; el gobierno de Nuevo León sumó esfuerzos y se mantiene en permanente comunicación con dependencias federales y municipales.
Autoridades de la Comisión Nacional del Agua, anunciaron que para esta temporada se esperan alrededor de 30 ciclones. Sin embargo, no todos ellos tocarán tierras regias, dado que sólo 15 provienen del Océano Atlántico, Mar Caribe y Golfo de México, mientras que los restantes se formarán en el Océano Pacifico. Solamente los primeros los de podrían llegar a la ciudad, aunque con diferente fuerza.
«Se esperan entre 15 a 20 ciclones para la zona del Atlántico, Golfo de México y Mar Caribe. De ellos, 8 serían tormenta tropical, que es una categoría intermedia, y 7 como huracán, de los cuales tres de ellos podría llegar a ser intensos, de categoría 3, 4 e incluso 5.»
El periodo de ciclones en el Pacifico inició desde el pasado 15 de mayo, mientras que en el Atlántico iniciará este 1 de junio. De manera que habrá que extremar precauciones durante los siguientes cinco meses.
«Estamos permanentemente haciendo no sólo las reuniones pertinentes sino todas las acciones necesarias en campo, lo que es una de las razones de ser de nuestro órgano colegiado en vías de prever desgracias en el advenimiento de la temporada de huracanes que ha llegado ya.»
El pronóstico para la región se encuentra por debajo de la media histórica, la cual es de 21.5. Sin embargo, uno solo podría traer bastante agua como para dejar atrás la intensa sequía que arrastra la entidad desde hace años.
«Los pronósticos no necesariamente tienen que cumplirse, puede que sea como en año pasado, en el que no nos golpeó uno solo. Por otro lado, también existe la modalidad en la que llueve intensamente en los estados vecinos, y aquí llegan los remanentes o escurrimientos.»
Por eso no está de más el mantenerse en alerta ante cualquier circunstancia
«Es muy importante que todos efectuemos las acciones necesarias ante la inminente llegada de huracanes.»
Explicaron que el grado de afectaciones no depende en sí de la zona, sino de los movimientos y fuerza que traiga el meteoro. Como una forma de prevención, cada Municipio e incluso el Estado cuenta con su Atlas de Riesgo y un Plan de Contingencias.
Mientras que los comités están conformados con la participación de corporaciones de Seguridad y Auxilio, como la Cruz Roja Mexicana, Bomberos de Nuevo León, Policía Federal, y personal de la Séptima Zona Militar
Un poco de la historia
En su historia reciente, Nuevo León ha sido afectado por diversos fenómenos hidrometeorológicos, entre los que destacan el huracán Gilberto, el huracán Alex, la tormenta tropical «Fernand» y la tormenta tropical «Hanna».
Los dos primeros han causado más estragos por el grado de muerte y devastación que han dejado a su paso.
El área metropolitana de Monterrey representa la zona de mayor riesgo, ya que es muy susceptible a inundaciones pluviales y fluviales: adicional a los pavimentos resbaladizos que derivan en una gran cantidad de accidentes y embotellamientos.
El 17 de septiembre del 1988 cuando «Gilberto» trajo lluvias que provocan una fuerte crecida del río Santa Catarina que divide la ciudad. Eso causó la muerte de 160 personas, 4 de ellas miembros del grupo Cobra de la entonces Policía Judicial, quienes realizaban labores de rescate; mientras que miles quedaron sin hogar y otras tantas desaparecieron.
El 1 de julio de 2010, “Alex”, el primer ciclón tropical de la temporada, provocó que 110 mil personas carecieran de agua potable en sus hogares, mientras que 40 mil habitantes se quedaron sin luz. Además de 31 mil evacuados y cerca de 10 mil albergadas. En lo económico, las afectaciones del meteoro representaron 17 mil millones de pesos.
Posteriormente en septiembre del 2013 llegó la tormenta tropical «Ingrid», la cual dejó afectaciones en el área rural, principalmente; escenario similar con «Fernand», en septiembre 2019; y «Hanna» en julio de 2020. Comunidades incomunicadas, algunas vialidades destrozadas.
Los pasos a seguir para evitar una situación similar, están en establecer una coordinación entre la Federación, el Estado y los Municipios, así como de los Sectores Privado y Social, para el desarrollo e implementación de los Programas de Protección Civil.
También llegar a convenios de concertación, con el objeto de obtener el financiamiento, equipo técnico y recursos humanos necesarios para el desarrollo y operación del programa.
Y desde luego promover la participación de la población en general, a fin de que se adopten las medidas de autoprotección y buscar crear una mayor conciencia y cultura en la materia de prevención.
