Por José Jaime Ruiz
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@ruizjosejaime
Lo peor que le puede pasar a Nuevo León es que se imponga la incertidumbre sobre la certidumbre, la derrota sobre la esperanza, la desunión sobre la integración, el malestar sobre las soluciones, las preguntas sobre las respuestas.
Una sociedad donde empieza a imponerse la incertidumbre es una sociedad derrotada y la sociedad no puede asumir su derrota, a pesar de que, muchas veces, las autoridades la empujen a ese abismo.
Si no hay certidumbre, no hay inversión económica, ni empleo, ni seguridad social, ni seguridad pública y las estructuras se gangrenan, las bases y los principios morales se corroen.
Vivimos una época de crispación: contraídos y contritos por los acontecimientos que nos rebasan.
Los ciudadanos, más que irritación, padecen exasperación porque la cosa pública no se resuelve, al contrario, lo malo se convierte en peor y cada día la situación empeora más.
Por eso los discursos triunfalistas y narcisistas de los políticos caen en el vacío, simplemente porque las líneas discursivas no se corresponden con la realidad.
Sin duda vivimos tiempos de crispación. Ante las crisis, los antiguos recomendaban prudencia. Este domingo hay que salir a votar libremente, en secreto y, ante todo, hay que razonar el voto.
