Por Francisco Tijerina Elguezabal.
“Los ordenadores
te enseñan algo importante, y es que no tiene sentido
recordarlo todo. Lo importante es ser capaz de encontrar cosas”
Douglas Coupland
Me parece de verdad inconcebible que en pleno Siglo XXI nuestras autoridades electorales sean tan incapaces como para no tener un Programa de Resultados Preliminares mucho más acorde a los tiempos que no toca vivir.
Me resulta una increíble inutilidad el que no sean capaces de utilizar la tecnología y sistemas de seguridad avanzada como para concentrar los resultados de cada casilla en cuestión de minutos una vez hecho el cómputo y cargarlos y validarlos en tiempo real para que los ciudadanos conozcan los resultados de las elecciones en unas cuantas horas una vez concluidos los comicios.
Nuestros árbitros electorales tiran dinero en un sinfín de nimiedades, pero en lo esencial, que es organizar las elecciones, montar las casillas y sobre todo brindar certeza y celeridad en los resultados, seguimos en las mismas que a mitad del siglo pasado y en ocasiones muchísimo peor.
Ayer me tocó esperar durante una hora entera a que los funcionarios de casilla pudiesen encontrar a dos de los suplentes para que acudieran a completar el cuadro para poder así abrir el centro de votación. Y me pregunto, ¿qué no se supone que deberían haber estado temprano y en el caso de no contar con los funcionarios suficientes tener tiempo para mandar llamar a suplentes o bien invitar a los primeros en llegar a sumarse al esfuerzo? ¡Pues no! Llegaron barridos y por eso consiguieron que más de dos centenares de personas nos formásemos en una larga fila.
Además, todo lo que platicaron de los protocolos de salud fue una patraña, porque al formar el sarao de la fila afuera, nadie guardó la distancia… ya adentro más o menos se intentaba, pero no se respetaba; me dieron gel, sí, pero no la dichosa toallita para limpiar el área; me tomaron mi credencial de elector y me agarraron la mano para entintar mi pulgar, ¿quiubo, no que muy salsas?
Pero insisto, revienta y llena de dudas la tardanza para algo tan sencillo como lo es el transmitir los resultados desde las casillas a un centro de cómputo. La operación la puede hacer cualquier celular de prepago sin gran esfuerzo; los capturistas de resultados ya los tienen ahí, pero el tiempo que se ahorraría y la celeridad que se conseguiría sería genial.
En materia de elecciones somos obsoletos, anacrónicos y muy deficientes, pero no por nosotros, sino por nuestros funcionarios electorales que no sirven para maldita la cosa.