Por Obed Campos.
A menos que las autoridades de los dos estados, de Nuevo León y Tamaulipas, usen algún artefacto o artilugio mágico y secreto en sus protocolos de búsqueda de desaparecidos, no se ve fácil que se resuelva el grave problema de la veintena de “esfumados” que llevamos en el año en los límites estatales y la ciudad fronteriza de Nuevo Laredo.
Hasta ayer la cifra oficial era de 19 personas desaparecidas en la tristemente célebre carretera federal 85 México-Laredo, también conocida como “Carretera Nacional”.
En el último caso, que como todos, pone los pelos de punta, una mujer de origen hispano, por sus raíces familiares en Sabinas Hidalgo, Nuevo León, así como sus dos hijos desaparecieron de la faz de la tierra cuando regresaban a Laredo, Texas, después de visitar a su familia en el citado municipio al norte de Monterrey.
Y sí, es cierto, es de celebrar que el Departamento de Estado de los Estados Unidos le haya bajado una rayita a su alerta para los ciudadanos de ese país que decidan visitar Nuevo León.
Pero como digo al principio de este texto (no sin amargura) a qué clase de magia se atienen las autoridades de los tres niveles de gobierno que esta situación involucra… Seguramente a la magia del olvido.
No es un secreto que hay bandas de delincuentes que controlan vidas y haciendas en Nuevo Laredo, Tamaulipas, y que utilizan la “Carretera Nacional” como su coto de caza privado, para secuestrar, extorsionar y asesinar, sin que ninguna autoridad les haga frente.
Si ni los municipales, ni los estatales ni los federales, con todo y militares, tienen los arrestos para parar a estos malhechores… como diría el nefasto clásico de la TV mexicana “¿Y ahora quién podrá protegernos?”
¿Para qué les pagamos a los que nos gobiernan?
BURÓCRATAS AL BORDE DE UN ATAQUE DE NERVIOS
En todos los municipios donde no ganó el partido en el poder ya empezó el despido de personal y se dice que las nuevas administraciones, que aun no toman formalmente el poder, ya arremeten contra trabajadores que apoyaron hace tres años y han sido fieles a la causa.
Me ponen como ejemplo al municipio de General Terán, Nuevo León, donde ahora que ganó David Sánchez de Movimiento Ciudadano, han dejado fuera a trabajadores del DIF, Servicios Primarios, Deportes y hasta intendentes.
La cifra, me dicen, llega a más de medio centenar de personas que se han quedado sin empleo.
Lo peor es que, para justificar los despidos, a algunos se les acusa de haber apoyado al ganador, pero amenaza la tesorera municipal, Ariadna Martínez en completar las dos centenas de despedidos.