En lugar de ser propositivos ante la cruenta ola de inseguridad que enfrentan las dos entidades, las autoridades de Tamaulipas y Nuevo León parecen jugar el juego de “tú la traes y no me la pegas” al repartirse de qué lado territorial de los dos estados se han dado las múltiples desapariciones.
El fiscal de Justicia de Tamaulipas, Irving Barrios, fue categórico y aseguró que la mayoría de las desapariciones sucedieron del lado de Nuevo León.
Pero ustedes ya conocen a Aldo Fasci Zuazua, secretario de Seguridad Pública nuevoleonés, quien no sabe quedarse callado y contestó que solamente uno, de las decenas de casos reportados, se dio de este lado de la guardarraya.
Y más allá, Fasci Zuazua puntualizó que el 40 por ciento de los desaparecidos, oficialmente, no son originarios de Nuevo León.
Así, mientras dos funcionarios que deberían guardar compostura y ser propositivos ante esta grave crisis, juegan a la “papa caliente” con un tema prioritario para la seguridad y la salud (mental) de los habitantes de los dos estados.
Son decenas de viajantes los que han desaparecido por la carretera y la autopista Monterrey-Laredo a la altura del kilómetro 26, que comprende a Tamaulipas, donde antes se encontraba la temida aduana.
No es un secreto que Laredo, Miguel Alemán y Reynosa, los regios los vemos como ciudades propias, aunque sean usadas nada más para pasar la frontera con Texas.
Mientras tanto, los delincuentes que mantienen azolada la región y que se han convertido en los verdaderos dueños de vidas, haciendas y caminos, presumen sus sangrientas hazañas exhibiendo como decapitan a sus enemigos, en asquerosos videos de sangre y violencia.
Y se les olvida al Fiscal y al jefe de seguridad que a los dos el pueblo les paga para que den soluciones, no espectáculos de lucha libre.