Por Francisco Tijerina Elguezabal.
“No por mucho madrugar, amanece más temprano”
Refrán popular
Los regios, argüendosos, faramallosos, mitoteros y precavidos en extremo, estamos cometiendo lo que el tremendo juez de la Tremenda Corte calificaría como un “Tinquicidio”.
Y es que tan pronto nos enteramos de que existía la posibilidad de que fuese reducida la presión del suministro de agua, nos lanzamos en friega, por no decir otra palabra, a realizar nuestras muy recurrentes compras de pánico, ahora de tinacos.
De nada ha servido que el propio Gobernador nos diga que hay abasto suficiente para dos años y que tal vez, sí, sea necesario reducir un poco la presión para ir tomando providencias. ¡Ah no, yo quiero tener agua 24 horas! Y volvimos a los tiempos de antes en los que en toda casa decente había tinaco y en las más pomposas equipo hidroneumático y hasta cisterna.
Lo cierto es que con nuestra actitud aceleramos los problemas lejos de resolverlos.
Más que andar preocupados por cómo recolectar agua, deberíamos tomar conciencia y aprender a utilizarla de una forma responsable.
Cuando se acabe, si un día se acaba, de nada valdrán los tinacos, las cisternas y las bombas, simplemente no habrá, por lo que más vale que vayamos empezando a utilizarla de una forma más inteligente.